Todas las expresiones, actividades, tareas aprendidas en un determinado grupo social o en una sociedad son parte de la cultura. Los humanos recreamos y creamos cultura reproduciendo patrones aprendidos o rompiéndolos, desde una perspectiva creativa o conflictiva.
La cultura de los grupos sociales incluye expresiones: lingüística, creencias, hábitos, dieta, costumbres, género, gestión del cuerpo y sexualidad, formas de resolución de conflictos basadas en el uso o no uso de la violencia, relaciones entre adultos y niños y adolescentes, relaciones intergeneracionales, identidades de género e identidades culturales, música folklórica, danza, teatro, artes visuales y todo tipo de arte
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Otros aspectos de la cultura son las relaciones de parentesco que crean los diferentes tipos de familia (monoparental, nuclear, extendida, unitaria y co -parental) en nuestra sociedad, las relaciones de género, la masculinidad y el ejercicio del poder, la estructura social de la maternidad y la paternidad y los roles que la definen.
En cada uno de nuestros territorios, rurales y urbanos en el márgenes, existe diversidad de expresiones La realidad cultural incluye los aspectos antes mencionados. Su exclusión y prohibición de los programas, políticas y actividades estatales refleja ignorancia e intolerancia hacia la representación de nuestros antepasados.
Un ejemplo de esto es lo que está sucediendo con gagá, juegos de atabals, pri-pri, zarandunga. , festivales y celebraciones que reflejan una sincronicidad religioso-mágica con la combinación de los componentes católicos de religión y religión afrocaribeña.
El conocimiento sobre la cultura popular en nuestro país aún tiene muchos vacíos debido a la discriminación de la élite gobernante. Integrar y reconocer todas las expresiones culturales sin hacer juicios de valor sobre ellas es una tarea pendiente y un gran desafío para todas las agencias estatales, autoridades locales y ONG cuyas actividades tienen una perspectiva territorial.
Impacto de los impactos sociales, culturales y políticas educativas para grupos vulnerables, así como: niños, niñas, adolescentes, jóvenes, mujeres, hombres, asumiendo la conexión entre la cultura y la sociedad del microterritorio. Toda política social y educativa debe tener un enfoque desde un componente cultural y toda política cultural debe apoyarse en un contexto social.
Trabajo cultural de nuestra juventud Nosotros en los barrios, campos y ciudades marginados de los países deben integrarse a los centros educativos y programas de seguridad ciudadana.
Consolidar el sentido de pertenencia a grupos sociales a partir del reconocimiento de su identidad, sin estereotipos, se convierte en una herramienta fundamental para la cohesión y concordia social y para una ciudadanía segura.
En lugar de invertir tantos recursos en armas, patrullajes callejeros, represión y miedo, podemos invertir en políticas culturales desde el microterritorio donde la vida cotidiana y las políticas públicas se expresan claramente.