El color de las drogas

Los dominicanos serios, honestos y trabajadores, que se levantan al deponer el alba a trabajar y crear riquezas, no salen de su asombro por el nivel tan bajo del debate político.

La incursión en los medios de comunicación de un reconocido narcotraficante, que se presenta como hombre serio y de trabajo, ha dejado un profundo dolor en el tejido sano de la sociedad. Este leviatán salido de las profundidades del crimen y la miseria humana ha sido tratado como Don, señor y comandante en un medio de comunicación dando una clara reverencia a sus actividades criminales y ¡eso duele!

En medio de sus declaraciones a cierta prensa genuflexa, este hombre que envenenó a nuestros niños y jóvenes con toneladas de drogas, se da el lujo de cobrar una supuesta deuda  y amenaza con venir a República Dominicana, donde asegura es un líder.

Acaso no sabe este peligroso narco que su fortuna se construyó encima de los cuerpos de jóvenes y el llanto de madres y viudas. ¿Qué titiritero está maniobrando esta marioneta y qué fin persiguen los que detrás de este oscuro personaje tratan de restar credibilidad a una parte decente de la sociedad? ¿Por qué hay tanta bajeza y crueldad en el debate político, como si ya no fuera bastante el lodo y la inmundicia a que nos quieren acostumbrar?.

Teleradio América ante el desatino de enarbolar la lucha contra las drogas como arma política para descalificar al adversario recuerda que nos es la primera vez que se les quiere poner color al narcotráfico.

Blanco o morado de acuerdo al momento político y a las circunstancias.Si algún color le corresponde es el rojo por la sangre y tragedia que acarrea.

Hay que dejar de luchar contra este monstruo usándolo políticamente y a conveniencia.

Ya es hora que dejemos de darle el color que nos convenga y que todos, partidos y gobiernos, unamos nuestras fuerzas para detener  este flagelo que está acabando con nuestra juventud.

La prensa responsable es la garante de la libertad, por tanto tiene la obligación de advertir el daño que causa el narcotráfico y ponemos punto final a este editorial expresando a todo pulmón ¡Basta ya el narcotráfico no tiene color!