Santo Domingo– La dirigente sindical, Eulogia Familia advirtió que el nuevo intento de reformar la Constitución de la República para ajustarla a la aparente coyuntura política que vive el Presidente Danilo Medida, apoyado por la mayoría del Partido de la Liberación Dominicana en las instituciones del Estado, es una reiteración del autocratismo que prevalece en el liderazgo político nacional, que llegado su momento de agotar una posición de poder que le otorga el pueblo por tiempo limitado, no sabe desprenderse y respetar las reglas del orden democrático.
La también exdiputada señalo que los constantes intentos de reformar la constitución para que el presidente de turno se reelija, cuestionan la democracia dominicana porque crea inseguridad en el orden jurídico, a la vez que fomenta la corrupción, el grupismo y la división, dejando al desnudo su debilidad institucional y de poca garantía para la justicia social y en la educación ciudadana debilita aún más la calidad de la formación de nuestra gente, porque fortalece la cultura de oportunismo y culto al personalismo idea que se ha fortalecido en nuestra sociedad en los últimos tiempos, de que el poder y el clientelismo político están asociados darse una mejor vida, sin importar las soluciones a los problemas que afectan a la mayoría de manera negativa como ocurre en la salud, la educación, la alimentación de calidad, seguridad social, energía eléctrica y oportunidades de obtener trabajo decente.
Entiende decepcionante que el Presidente Danilo Medina, quien se ha granjeado niveles de simpatía en la población sobre todo por el cambio de actitud y estilo de gobernar que ha reflejado, así como también por la escasez de oposición a su gobierno, demuestre al país que su diferencia del de los anteriores gobernantes no es tal y que la popularidad no es justificación para la reelección por encima de la propia constitución que establece que la ley es para el porvenir y no para favorecer a particulares.
Dijo que varios gobiernos han concluido en América sus períodos con altos índice de popularidad como por ejemplo en los últimos mandatos de Tabaré y Mujica de Uruguay, Lula cuando salió del poder en Brasil y Bachelet en su mandato anterior, sin que por ello se les haya recurrido a reformar su Carta Magna para hacerse traje a la medida.
En estas circunstancias, aseguro que el presidente Medina no se coloca a la altura de su antecesor el doctor Leonel Fernández, quien en 1998 con niveles de popularidad aceptable, con mayoría congresional (reformistas, peledeístas y algunos perredistas) pero con oposición de sus adversarios políticos y la sociedad civil, no sucumbió a los llamados e intentos de reforma constitucional para la reelección.
Indico que del 2004 al 2012 se reeligió el entonces Presidente Leonel Fernández sin mayores cuestionamientos, con excepción del propio Danilo Medina quien además denunció en el 2008 que “los recursos del Estado le derrotaron en la contienda interna”, pero esta reforma fue una herencia del ex presidente Hipólito Mejía en el año 2002.
Sostuvo que unque en el 2012 hubo escamoteos para que el doctor Fernández se reeligiera 4 años más, después de haber modificado la constitución y eliminar la reelección, teniendo la mayoría congresional no lo hizo, desde luego que la oposición de la sociedad y los partidos adversarios no le dejaban otro camino en ese intento.
Afirmo que ya el pueblo ve con preocupación que de producirse esa reforma constitucional será de una manera forzada, por cuanto diversos sectores económicos y sociales así como opositores políticos, una parte de los miembros de su partido, legisladores y el propio presidente del PLD están opuestos lo que significa que desde el gobierno los reeleccionistas se emplearán en la compra de “los renuentes” a cualquier precio.
La sindicalista y es diputada, Eulogia Familia considero que una reforma forzada y reelección comprometida sólo conduce al uso despiadado de los recursos del Estado, a adoptar actitudes de retaliación política a los opositores, en fin que a crear un clima de intranquilidad que los dominicanos no nos merecemos.