LA HABANA, Cuba (Tomado de AP) — Una vez que Estados Unidos quite a Cuba de la lista de países que apoyan al terrorismo a fines de mayo ambas naciones designarán embajadores, aseguró el martes el presidente isleño Raúl Castro.
«Ya se levantará ese tipo de injusta acusación y podremos nombrar los embajadores», dijo Castro en un breve intercambio con periodistas tras despedir en el aeropuerto a su colega francés François Hollande.
La administración del mandatario estadounidense Barack Obama anunció en abril su decisión de quitar a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo, eliminando así un obstáculo para el proceso de normalización de las relaciones entre ambos países anunciado en diciembre.
Tras la decisión de Obama se deben esperar 45 días durante los cuales el Congreso puede bloquear la medida. Ese plazo vence el 29 de mayo.
De todas formas, Castro indicó que aunque haya representación el proceso no será inmediato.
«Una vez nombrados los embajadores, restablecidas las relaciones diplomáticas… tendremos relaciones; pero normalizar las relaciones ya es otro tema, tiene que eliminarse el bloqueo completo y la base de Guantánamo debe ser devuelta», agregó el gobernante isleño.
A lo largo de cinco décadas de enemistad, Estados Unidos aprobó una serie de sanciones contra Cuba presionando por un cambio en su modelo político. La mayoría de éstas sólo pueden ser levantadas por el Congreso debido a su carácter de ley, más allá de las prerrogativas presidenciales que permitieron a Obama algunas flexibilidades para viajes o intercambios.
Tras los comentarios de Castro, el portavoz del Departamento de Estado, Jeff Rathke, dijo que no podía confirmar el plazo de Cuba para la designación de embajadores pero indicó que sería «lógico» que se produzca una vez que se establezcan las relaciones diplomáticas plenas.
Además, Castro aseguró que le expresó a Obama su preocupación por la actividad que desarrollan sus diplomáticos en la actual Sección de Intereses de Washington en La Habana, que hace las veces de representación de ese país.
Ambos mandatarios se reunieron en abril en el marco de la Cumbre de las Américas, un encuentro histórico y el primero de los líderes de ambas naciones en más de cinco décadas.
«Ellos alegan que sus diplomáticos no deben tener menos autorización de movimiento de lo que tienen en Rusia, China, Vietnam y yo lo que les manifesté a ellos, al presidente concretamente, que lo que más me preocupa es que continúen haciendo las cosas ilegales que hacen ahora», expresó Castro.
El mandatario cubano puso como ejemplo las clases que se ofrecen en la Sección de Intereses para periodistas independientes a los cuales «le dan no sé cuántas clases por pantallas por teleconferencias… y por supuesto la correspondiente mesada (pago en dinero)», comentó.
Las autoridades cubanas señalaron en varias ocasiones que los diplomáticos estadounidenses suelen salirse de las funciones establecidas internacionalmente para su actividad, fomentando y financiando la disidencia para desprestigiar a la revolución.
«Esas cosas no se pueden hacer, sencillamente lo que planteamos es que todos tenemos que ajustarnos a los comportamientos de los diplomáticos en todo el mundo aprobados en la Convención de Viena, de 1948», expresó Castro.
Actualmente los diplomáticos cubanos en Estados Unidos y estadounidenses en Cuba tienen limitación de movimiento a unos pocos kilómetros alrededor de sus respectivas embajadas, una medida inicialmente impuesta por el expresidente estadounidense George Bush y que fue aplicada en reciprocidad por los cubanos.
En las negociaciones que comenzaron a partir de diciembre la parte estadounidense insistió en que ése era para ellos un verdadero obstáculo.