Editor Elvira Guillén (RTVE.es/AGENCIAS).- El expresidente de Banesto Mario Conde ha sido detenido este lunes en Madrid por la Guardia Civil, acusado de delitos de blanqueo de capitales, organización criminal, frustración de la ejecución y ocho delitos contra la Hacienda Pública, ha informado la Fiscalía Anticorrupción. En un comunicado, esa instancia fiscal cree que el exbanquero y otras 14 personas podrían haber blanqueado parte de los fondos de los que se apropió cuando estaba al frente de Banesto.
Los investigadores sospechan que Conde, de 67 años, se apropió en su momento de 900 millones de pesetas entre los casos Banesto y Argentia Trust (5,4 millones de euros), aunque esa cantidad ha aumentado con los años gracias a las plusvalías generadas por las inversiones que ha realizado.
Dentro de esa misma causa que se ha declarado secreta, la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil ha detenido a otras siete personas, entre ellas, los dos hijos del banquero -Mario y Alejandra- y el marido de ésta, Fernando Guasch.
La operación -bautizada como Fénix- está a cargo del Juzgado Central de Instrucción número 1 de la Audiencia Nacional, cuyo titular es el juez Santiago Pedraz, y por la Fiscalía Anticorrupción.
Por el momento se desconoce cuánto dinero habría repatriado, pero fuentes jurídicas han señalado a Europa Press que podrían rondar los 10 millones de euros.
La Audiencia Nacional explica que ahora se investiga la creación de un entramado de sociedades en el extranjero y en España que, según los indicios, el exbanquero habría utilizado para repatriar ese dinero.
Según han explicado fuentes jurídicas a Efe, se trata de averiguar si las sociedades en España estaban a nombre de terceras personas y la forma en que el dinero se traía de cuentas en Suiza y Reino Unido, presuntamente a través de préstamos, ampliaciones de capital e ingresos en efectivo. Las cantidades variaban en función a los gastos personales que quería acometer.
En una entrevista de TVE al presidente de la Organización de Inspectores de Hacienda del Estado, José Luis Groba, éste ha destacado que la investigación al expresidente de Banesto por presunto blanqueo de capitales ha sido posible ahora, más de dos décadas después de que fuera acusado de sustraer dinero del banco, porque las normas antiblanqueo se han ido perfeccionando y porque Suiza cedió en el tema del secreto bancario.
Con el objetivo de encontrar pruebas, los agentes de la UCO han practicado ocho registros en varios domicilios vinculados al exbanquero, como una vivienda en la calle Triana de Madrid -que sirve también como despacho-, una empresa en la calle Verano, 2 de Torrejón de Ardoz (Madrid) y un pazo en la localidad orensana de A Mezquita.
La Fiscalía Anticorrupción presentó ante la Audiencia Nacional el pasado 29 de marzo «una querella contra Mario Antonio Conde Conde y catorce personas más, todos ellos vinculados con él por estrechos lazos familiares o personales», informa Anticorrupción en su nota.
Esa querella tiene su origen en una comunicación del Servicio de Prevención del Blanqueo de Capitales (SEPBLAC) recibida en septiembre de 2014, tras la que la
Fiscalía realizó diversas diligencias que «han permitido la recopilación de numerosa documentación en este tiempo». Además, la UCO y la Agencia Tributaria también han elaborado sus respectivos informes.
En su comunicado, Anticorrupción recuerda que, según las sentencias de los casos Banesto y Argentia Trust, «las cantidades que fueron apropiadas de la entidad financiera Banesto, mientras Conde era su presidente» superaron los 26 millones de euros entre los fondos que se llevaron todos los condenados por ambas causas.
Además, asegura que «se tienen indicios de que una parte muy considerable de los fondos desaparecidos y no recuperados ha sido ‘blanqueada’ desde 1999 hasta la actualidad en un montante superior a los 13 millones de euros». Sin embargo, no especifica cuánto de ese dinero blanqueado corresponde al realizado por Mario Conde y su entorno.
Ya en octubre de 2012, la Audiencia Nacional decretó el decomiso de varias fincas de la familia Conde en Andalucía y Baleares, al considerar probado que el dinero empleado en su adquisición procedía de cantidades objeto de la apropiación indebida que motivó la condena por el caso Banesto.
Además, Mario Conde figura en la lista de contribuyentes morosos que publicó el pasado diciembre por primera vez la Agencia Tributaria, con una deuda de 9,93
millones de euros, lo que le sitúa en el segundo puesto del ránking, por detrás del empresario Agapito García Sánchez.
Banesto fue intervenido por el Banco de España el 28 de diciembre de 1993, después de que el supervisor descubriera un agujero patrimonial que entonces cuantificó en más de 600.000 millones de pesetas, el equivalente a unos 3.600 millones de euros.
En el año 2000, y tras dos años de juicio, Mario Conde fue condenado a 10 años por la Audiencia Nacional por apropiación indebida, estafa y falsedad documental durante su gestión al frente de esa entidad bancaria. Esa pena fue elevada a 20 años de prisión en 2002 por el Tribunal Supremo.
Previamente, en 1997, había sido condenado a otros cuatro años de prisión por el caso Argentia Trust, la desaparición de otros 600 millones de pesetas (3,6 millones de euros) que fueron desviados desde Banesto a esa sociedad instrumental.
Sin embargo, en 2005, tras cumplir sólo 5 años de cárcel, se le concedió el tercer grado penitenciario y, en el verano de 2008, la libertad condicional.
Desde entonces, ha publicado media docena de libros, reflexiones sobre su paso por la cárcel, memorias e incluso un volumen sobre el taoismo, y ha financiado un documental «íntimo» sobre sí mismo.
Además, protagonizó un intento frustrado de entrar en política al presentarse en 2002 como candidato a la presidencia de la Xunta de Galicia por la formación Sociedad Civil y Democracia (SCD), para la que consiguió 16.000 votos. SCD se disolvió en 2014.
En la comisión de investigación creada en el Congreso de los Diputados sobre el bautizado como caso Banesto, el entonces gobernador del Banco de España, Luis
Ángel Rojo, cifró en 200.000 millones de pesetas (1.202 millones de euros) la inyección de capital público necesaria para sanear la entidad.
La intervención de Banesto puso fin, no solo a la ascensión meteórica de Mario Conde, entonces considerado un advenedizo de la banca, sino también a la fuerte expansión de la entidad, que acumuló una importante cartera industrial y se había logrado situar entre los cinco grandes del sector financiero español.