Editorial de Teleradio América.
Es increíble las cosas que vemos los humildes dominicanos en años electorales. Nuestros queridos políticos son increíbles en la época de la simpatía. Los que no hablaban los hacen a diario. Los que hablan continuamente, de repente lo hacen con mesura. Los que se retraen a su intelectualidad, los que conceptualizan de repente bajan a un nivel que el pueblo lo entiende.
Los congresistas brillan, prometen y prometen en su afán de ser reelegidos. Los aspirantes a senadores y diputados salen a saludar y visitan los rincones más remotos. Los ricos y poderosos ponen sus fortunas en manos de políticos para ganar amistades, los pobres, si supieran los que esos políticos comentan por detrás de ellos.
En tiempos electorales las asociaciones, federaciones y confederaciones se quitan la careta, lo podrido y lo débil sale a la superficie para que la naturaleza en su enorme sapiencia lo purgue.
En tiempos electorales los humildes dominicanos cambian sus penas por un carnaval, piensan que comen en tres colores, arroz blanco, habichuelas rojas o berenjenas moradas.
Es increíble lo que pasa en tiempos electorales, en solo seis meses arreglan las calles, puentes, escuelas, los responsables del sector salud se reúnen y hay candidatos que prometen una revolución digital sin luz, montan motoconcho y hay quienes reparten salchichón.
Definitivamente los humildes dominicanos queremos elecciones cada dos años, quizás cada cuatro o seis le daríamos demasiado tiempo a los políticos para no hacer lo que ya nos han enseñado cuando entramos en la época de la simpatía.
Que viva la res—pública.
Como en los tiempos del imperio romano circo para del pueblo.
Total nos podemos seguir endeudando.
Excelente!! Esa es una verdad pura y simple.