Editor Elvira Guillén (Voa Noticias).- Estados Unidos se ve este lunes a sí mismo enfrascado en el debate sobre el racismo y la actuación de la policía luego de una sema de violencia racial y brutalidad policial.
El domingo los fieles oyeron en sus iglesias mensajes pidiendo la reconciliación y empatía, en los programas de entrevistas en la televisión hubo llamados a la tolerancia y en las calles de varios lugares del país, volvieron a verse manifestantes clamando justicia, aunque en general, de manera pacífica.
Pero la sola decisión del presidente Barack Obama sobre su viaje a Dallas el martes, donde hablará en el funeral de cinco policías asesinados por un francotirador, generó debate cuando algunos cuestionaron por qué va allí y no a Baton Rouge, Luisiana y St. Paul, Minnesota, donde dos hombres negros fueron abatidos a tiros por la policía la semana pasada.
«Mantener un tono basado en la verdad y la seriedad y el respeto va a ayudar a movilizar a la sociedad estadounidense y llevarla al cambio real y ese es nuestro objetivo final», dijo Obama el domingo desde Europa, donde realizó una gira que fue acortada por los acontecimientos en casa.
El presidente regresó el domingo por la noche de España, su última parada en continente europeo.
Un día antes, el mandatario había dicho que no cree que Estados Unidos esté tan dividido como algunos piensan. En cambio, el presunto nominado presidencial republicano, Donald Trump, tuiteó el domingo que para él no hay duda que Estados Unidos “es una nación dividida”.
“El país está sentado sobre un barril de pólvora”, dijo Charles H. Ramsey, ex jefe de la policía en Washington y Filadelfia, al programa Meet the Press de NBC. “Se puede decir que manejamos nitroglicerina, pero obviamente cuando uno ve lo que está pasando, estamos en un punto muy critico en la historia de nuestro país”, afirmó.
El domingo por la tarde, DeRay Mckesson, uno de las voces más conocidas del movimiento “Las vidas de los negros importan” fue dejado en libertad luego de permanecer arrestado 16 horas tras una protesta en Baton Rouge.
Mckeeson, dijo en una entrevista telefónica que cree que su arresto fue ilegal, que fue tratado injustamente y que las protestas del movimiento continuarán.