Editor Jatnna Editor. CHENGDU. Buscar una postura común para que el “brexit” y la inestabilidad en Turquía no perjudiquen en demasía la economía mundial es el gran objetivo de los ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales del G20, que hoy comenzaron en la ciudad central china de Chengdu un encuentro de dos días.
En esta calurosa y húmeda ciudad de la China interior, que hace ocho años se vio sacudida por uno de los peores terremotos de la historia, zares financieros de las 20 grandes economías mundiales debaten cómo afrontar seísmos políticos como el reciente golpe de Estado fallido turco o la salida británica de la Unión Europea.
“Nos quedan años enteros para poder normalizar el resultado del brexit”, reconoció a Efe el secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, José Ángel Gurría, en las horas previas al inicio de las reuniones.
Transcurrido un mes desde el referéndum, el mundo económico parece salir poco a poco del “shock”, como mostraron las palabras conciliadoras del mexicano Gurría, que podrían anteceder una postura moderada del G20 hacia Londres en la declaración final que se hará pública mañana domingo.
“Debemos afrontarlo de la mejor forma posible, y sin cuestionar la decisión del pueblo británico una vez ha sido recibida”, señaló el responsable de la OCDE, tras afirmar que comprendía el hecho de que Londres pidiera tomarse “un tiempo” para afrontar su compleja salida de la UE y restar una unidad a los actuales Veintiocho.
Otro país del G20 que ha generado dudas en la comunidad internacional y en los mercados, Turquía, está también en las conversaciones de los responsables económicos de la organización este fin de semana.
El comunicado final de mañana podría incluir, de hecho, un epígrafe abogando por una Turquía estable, aunque será difícil que haya una clara condena a la asonada militar del 15 de julio, que intentó sin éxito acabar con el Gobierno de Recep Tayyip Erdogan.
A la espera de la opinión final del G20 al respecto, el principal responsable turco en las conversaciones en Chengdu, el viceministro de Finanzas Mehmet Simsek, defendió hoy la adhesión de Ankara a los valores democráticos y el imperio de la ley, tras declararse esta semana en su país el estado de emergencia.
“En realidad, nada ha cambiado demasiado”, afirmó Simsek, quien subrayó que otros países europeos se encuentran en similar estado -en alusión a la Francia sacudida por el terrorismo- y reconoció en todo caso que hay “signos de interrogación” por la situación en la que se encuentra su país.
Buena parte de las reuniones de hoy y mañana son a puerta cerrada, con excepción de un foro sobre políticas impositivas previo a la reunión ministerial en el que hoy participó la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, un día después de que se conociera de que será juzgada en Francia.
La que fuera ministra de Economía francesa entre 2007 y 2011, que irá a juicio por presunta negligencia en la gestión de fondos públicos en aquella etapa, hizo hoy recomendaciones a Gobiernos de otros países sobre cómo aplicar políticas impositivas.
Éstas “tienen que estar bien orientadas, centrarse en investigación y desarrollo, transferencia tecnológica e innovación empresarial”, apuntó Lagarde, quien por contra alertó que los movimientos de capitales de algunas empresas tecnológicas han generado “una aceleración y un empeoramiento de las desigualdades”.
Los responsables de Finanzas del G20 están reunidos en un moderno distrito de Chengdu, una de las principales ciudades del interior de China pero casi desconocida en el panorama global, que con este encuentro, el más importante de su historia en materia internacional, espera atraer turistas e inversores.
La ciudad, que ha blindado la zona de las reuniones con cientos de policías y aplica muy estrictas medidas de identificación a los reporteros que cubren las reuniones, busca ser algo más que la puerta de entrada a los bosques de montaña que hay en la provincia de la que es capital, hábitat natural de sus famosos osos panda.