(BBC Mundo).-Guadalupe Olivas Valencia acababa de ser deportado cuando se suicidó arrojándose del Puente México, a unos 100 metros de la garita fronteriza por donde regresan los expulsados de Estados Unidos en la frontera de la mexicana ciudad de Tijuana con la estadounidense de San Ysidro (California).
Cayó en el lecho de un río seco. En el lugar donde encontraron su cuerpo, aún con vida, había una bolsa con algunas de sus pertenencias.
Era una bolsa característica, similar a la que la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés) entrega a los inmigrantes indocumentados al momento de deportarlos.
Según el Instituto Nacional de Migración informó a medios mexicanos, era la tercera vez que lo deportaban.
El reporte oficial indica que tenía 45 años y era natural del estado Sinaloa, en el noroeste del país.
Cuando la policía municipal acudió al lugar del suceso, a las 9:40 de la mañana hora local, lo hallaron en estado inconsciente, con heridas y lo trasladaron al Hospital General de Tijuana, donde se confirmó su muerte causada por la fuerte contusión que tenía en la cabeza y por un paro cardiorrespiratorio.
La Procuraduría General de Justicia del Estado de Baja California (fiscalía) informó a BBC Mundo que supieron de la muerte cuando la reportó el hospital.
A partir de ese momento se inició la investigación para esclarecer el suceso.
Precisamente este martes, el gobierno de Donald Trump anunció una serie de nuevas directrices para ampliar el número de indocumentados susceptibles de ser deportados y a acelerar los procesos para su expulsión.
Se estima que en Estados Unidos hay unos 11 millones de personas en situación irregular.