Por Salvador Holguín
Cuando el presidente Danilo Medina llegó al poder en el 2012 existía un impedimento constitucional de la Carta Magna en su artículo 124 que lo imposibilitaba para presentarse a la reelección presidencial en el 2016, ya que la misma sólo permitía al mandatario de turno cuatro años, pausar cuatro más y podía volver, es por ello que Danilo y su equipo reeleccionista; José Ramón Peralta, Gustavo Montalvo, Gonzalo Castillo, Gedeón Santos, Juan De los Santos, José Del Castillo Saviñón, Rubén Bichara, Ángel Rondón, Roberto Rodríguez Marchena y João Santana, tienen que valerse de varías artimañas triquiñuelas para lograr derribar todos los obstáculos que no le permitían seguir “subido en el palo”, usando maniobras recomendadas por el gánster João quien tenía una estructura mafiosa en coordinación con Odebrecht que le permitía accionar a favor o en contra de determinados candidatos.
No fueron suficientes los artificios e intrigas para lograr el propósito reeleccionista, con las mismas y el uso de los recursos del estado no habían conseguido detener los vientos del «León», Leonel Fernández, los cuales soplaban tan fuerte que se estaban convirtiendo en ventarrones, he ahí donde entra el «Quirinazo», que nos correspondió a nosotros en nuestro rol de periodista entrevistar y dar a conocer las interioridades y andanzas de Quirino Ernesto Paulino Castillo en RD, donde él señalaba generales, empresarios, legisladores y al hombre de la fábrica de presidentes del PLD. Dicen los mismos peledeistas, Danilistas, Leonelistas y hasta los ministros reeleccionistas, que sin la aparición del Don, el «capo de capos», en el escenario cobrando los 200 millones, no había forma de impedir que Leonel volviera al poder en el 2016…
Con el plan maquiavélico del delincuente internacional João Santana y la colaboración de su esposa Mónica Moura, el apoyo económico de Ángel Rondón y Odebrecht, más el acuerdo con Quirino, el cual no han cumplido, aunque a él no le hace falta eso porque a su llegada al país le ha ido muy bien, todo aquel que no quería ser delatado o mencionado por el narco, desfiló por su casa a ponerse de acuerdo pagándole su dinero aunque fuera en varilla, cemento, tierras y/o propiedades.
Después de todo este crucigrama finalmente se logró modificar la Constitución en su artículo 124 que reza de la siguiente manera: «El Poder Ejecutivo se ejerce por el o la Presidente de la República, quien será elegido cada cuatro años por voto. El Presidente podrá optar por un segundo periodo constitucional consecutivo, no pudiendo postularse jamás al mismo cargo, ni a la vicepresidencia». El mismo artículo tiene un transitorio que dice: «En el caso de que el Presidente de la República correspondiente al periodo constitucional 2012-2016, es decir, Danilo Medina Sánchez, sea candidato al mismo cargo para el 2016-2020, no podrá presentarse al siguiente periodo y a ningún otro, ni a la Vicepresidencia de la República.» Es aquí donde se complica la situación porque “ya la pava no pone donde ponía”, y la coyuntura del 2020 es totalmente diferente a la del 2016 para las pretensiones continuistas.
El presidente Danilo tiene problemas en este momento histórico que vive como jefe de Estado; con su popularidad en el piso, la aprobación de su gestión es la más baja que ha tenido como líder político, el partido que lo postuló que es el PLD lo está descuartizando, no sólo porque lo ha dividido y no forma parte de su agenda de gobierno, sino también porque está metiendo preso aquellos dirigentes que no están de acuerdo con los métodos que este viene utilizando, todas estas malas artes propia de un dictador le han complicado la situación a Danilo Medina, por eso manda a Felucho Jiménez a decir que no aspira a reelegirse, que en el 2020 se va para su casa, aunque José Izquierdo le refutó asegurando que Danilo no entregará el poder en el 2020, y trajo a colación que como el presidente no cumplió en el 16 la reiterada promesa ante el país de que no buscaría la reelección, ahora ni la propia gente de su partido le cree que no haría lo mismo para seguir después del 20.
Otro intento reeleccionista sería un suicidio tan grande en el PLD, que causaría graves perjuicios no sólo políticamente y de enjuiciamiento a Danilo y sus lacayos, sino también a la nación dominicana, porque provocaría una crisis de limbo e inestabilidad política y democrática en el país, eso sí que sería muy peligroso, “se perdería el caldo y los trozos”. Desde ya, dirigentes y bocinas peledeistas de la corriente de Leonel Fernández, como Franklin Almeyda, José Rafael Vargas, Rubén Maldonado y Domingo Jiménez, han advertido que si el Partido de la Liberación Dominicana pierde el poder en las próximas elecciones, la mayor responsabilidad caerá sobre el presidente Danilo Medina, debido a sus ambiciones desmedidas, lo que significa que están dispuestos a quemar la nave morada si el Danilismo sigue en los aprestos y maltratos a su líder Leonel.