Nueva York, Estados Unidos.- La voz humana es el más básico de todos los instrumentos musicales, pero cuando cantantes de diversas culturas se unen para formar un coro, los estándares de calidad varían ampliamente de una parte del mundo a otra.
Un festival en Washington ha juntado a coristas de primer nivel de una docena de países en una apuesta por la universalidad musical para mostrar cómo la felicidad de cantar juntos puede trascender las culturas.
Pero el festival forma también parte de un esfuerzo para impulsar la educación en música coral, aún rudimentaria en varias partes del mundo.
«The Serenade!», el Festival Coral de Washington DC es obra de Neeta Helms, la presidenta de Classical Movements (movimientos clásicos), una compañía que organiza tours internacionales para importantes grupos de música.
Helms, que lanzó el festival en 2011, dijo estar impresionada por una explosión del interés global en la música coral, hasta ahora bastante fuera del canon occidental tradicional.
«No tengo la misión de cambiar el mundo a través del canto coral, pero creo que a veces terminamos haciéndolo. He visto que hay una necesidad y he visto que puedo ayudar», opinó.
«Todo el mundo tiene una voz -bueno, casi todo el mundo- y casi cada cultura tiene su propia tradición de canciones, sonidos, ritmos y tonadas folclóricas», señaló.
La ultima edición del festival, que se desarrolla durante ocho días alrededor del 4 de julio, forma parte de las celebraciones del centenario del nacimiento del presidente John F. Kennedy.
Con conciertos al aire libre en el Kennedy Center y otros lugares del área de Washington, el certamen presenta coros de diversos países vinculados con Kennedy o con los Peace Corps (cuerpos de la paz), el programa internacional de voluntarios creado por su administración.
Entre los coristas se encuentra el grupo de folclore de Mongolia Egschiglen, el coro joven Madras, formado por el conocido compositor de música de películas indio Sreenivasan, y el grupo español Escolania de Montserrat, considerado el coro masculino más antiguo del mundo y que fue invitado a la Casa Banca en tiempos de Kennedy.
También participan grupos llegados de Kenia, Zimbabue, China, Irlanda del Norte, Panamá, Bulgaria y Letonia.
– Afinando tradiciones orales –
Helms, nacida en India, dice que sintió una demanda particular en su país, donde mucha gente sin medios puede cantar repentinamente hits de Bollywood sin tener siquiera lugares donde ensayar.
En este contexto, la compañía Classical Movements ha iniciado un programa de ayudas para enviar directores de coro a India como profesores y, en el marco del festival, ha comisionado obras originales de todo el mundo.
Los diversos coros presentes en el certamen tienen tradiciones que varían considerablemente: los mongoles cantan desde la garganta mientras los africanos ofrecen ricas vibraciones, mientras los europeos bailan y se mueven mucho más al cantar.
Con la música coral, a menudo transmitida por tradición oral, se puede atraer más libertad que, por ejemplo, con la música orquestal occidental, que enfatiza la precisión.
«Así es como se difunden las cosas. Así es como se difundió la literatura», explicó la organizadora.
Pero sea cual sea la educación, Helms confiesa que quedó impresionada al ver los diferentes coros vinculados, unidos por la música, sin tener en cuenta la raza, el género, la religión o cualquier otra barrera.
«Creemos firmemente que de esta forma estamos cambiando el mundo poco a poco», estimó con una sonrisa. «No importa quien esté en el poder en un país o en otro».
Fuente: AFP