La epilepsia es uno de los trastornos neurológicos crónicos más frecuentes: se presenta como una aparición crónica y recurrente de fenómenos paroxísticos ocasionados por descargas neuronales desordenadas, bruscas y excesivas que se originan en el cerebro y provocan una crisis en el cuerpo.
Las repuestas de la enfermedad y el miedo a un episodio de crisis que suele motivar excesivos cuidados y restricciones supone que la actividad física no sea indicada para una persona con la patología. Sin embargo, existen estudios que demuestran el beneficio de la práctica regular en los pacientes epilépticos.
Tomando las precauciones adecuadas, procurando hacerlos en equipo, con más gente alrededor, los pacientes pueden participar en distintos deportes. En ese sentido, el especialista enumeró que las modalidades sin riesgo son running, gimnasia, danza, tenis, paddle, básquet, hockey, fútbol y ping pong.
El experto señaló que los deportes acuáticos -como la natación- son considerados seguros si las crisis están controladas y el paciente esté en todo momento acompañado por alguien que lo supervise de forma directa. “En el caso de la equitación o el ciclismo, se deben tomar ciertas precauciones como el empleo de protectores de cabeza, piernas y rodillas, para prevenir posibles fracturas tras una caída durante una crisis”, agregó.