Redacción Internacional.- El expresidente catalán Carles Puigdemont ha protagonizado hoy el último capítulo de ese crescendo y ha asegurado hoy en Bruselas que se ha trasladado a la capital europea “por seguridad” y que no volverá a Cataluña hasta que tenga “garantías”.Puigdemont, en fin, seguirá en Bruselas por un tiempo indefinido. No volverá hasta asegurarse “un juicio justo, independiente, con plena separación de poderes, como en la mayoría de los países europeos”. Ha descartado pedir asilo en Bélgica y ha explicado que trabajará mano a mano con los exconsejeros que siguen en Barcelona. Y ha reclamado tanto a su Gobierno como “a los funcionarios” y “al pueblo” que “luchen con imaginación contra el desmantelamiento de las instituciones que impone el Gobierno español, que ha reaccionado a la declaración de independencia con la máxima beligerancia”.
Puigdemont no ha dado detalles de su estancia en Bruselas, que se prolongará por un tiempo indeterminado. Ni de quién paga esa factura. Pero sí ha dejado claro que uno de los motivos que alega para justificar su refugio en Bruselas, en una especie de Gobierno en el exilio, es la decisión del Ministerio del Interior de retirar la seguridad a los exmiembros de su Gobierno.
El otro motivo es “la extrema agresividad”, la “violencia” institucional contra Cataluña, según su versión, con la aplicación del artículo 155 de la Constitución y la querella presentada por el Fiscalía General del Estado. El expresident la ha calificado como “querella política”, que de prosperar podría suponer hasta 500 años de cárcel para el expresidente y sus exconsejeros, más el pago de fianzas multimillonarias.
El expresidente ha insistido en que el Estado que ha convocado las elecciones le quiere “meter en la cárcel” por cumplir su programa electoral. Y ha desvinculado su traslado a Bélgica de una posible petición de asilo que abriría un cisma en el Ejecutivo belga. “Aquí hemos tenido una agenda estrictamente europea”, explica. “No hemos tenido ningún otro tipo de contactos”.
A los cinco consejeros que se encontraban desde ayer lunes con Puigdemont en Bruselas —Joaquim Forn (PDeCAT), Meritxell Borràs (PDeCAT), Antoni Comín (independiente), Dolors Bassa (ERC) y Meritxell Serret (ERC)— se han unido el exconsejero de Cultura, Lluís Puig, y la de Educación, Clara Ponsatí.





