Redacción Internacional.- Al menos 53 civiles, entre ellos varios menores, han muerto este lunes en tres bombardeos aéreos contra un mercado en Atareb, una localidad bajo control rebelde en el norte de Siria, en la provincia de Alepo, según ha informado el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH). La ONG no ha podido precisar si los bombardeos aéreos han sido obra del régimen de Bachar El Asad o de su aliado ruso. Las fuentes en las que se basa el OSDH identifican a los autores de los bombardeos en función del tipo de avión, su localización y la munición empleada. La televisión catarí Al Jazeera, con informantes sobre el terreno, eleva la cifra de muertos a más de 60.
Tras los ataques, un fotógrafo que colabora con la agencia France Presse ha informado de escenas de pánico entre los habitantes que intentaban evacuar a los heridos. «La destrucción es masiva», ha explicado a AFP. Entre los escombros, miembros de protección civil se sumaban a los habitantes para tratar de ayudar a las víctimas. En otro lugar, entre cuerpos alineados en el suelo, el fotógrafo explicó haber visto los restos parcialmente tapados de tres niños, con la cara salpicada de sangre. En el mercado, otros habitantes, visiblemente aturdidos, permanecían frente a los puestos de frutas y verduras, cubiertos de polvo.
En cuatro áreas de Siria hay instauradas zonas de distensión, donde en principio las fuerzas del régimen y los rebeldes deben respetar un alto el fuego. Una de esas zonas incluye la provincia de Idlib, la única del noroeste sirio no controlada por el régimen, así como una parte de las provincias vecinas de Hama (centro), Alepo (norte) y Latakia (oeste). Desde el inicio de la guerra en Siria, más de 330.000 personas ha muerto y millones se han visto obligados a abandonar sus hogares.
Por EL PAÍS