Resulta ser que sí, según informa ahora la aerolínea de bajo coste Norwegian. El vuelo, realizado entre el aeropuerto neoyorquino JFK y el londinense Gatwick bate así el récord de velocidad en un vuelo transatlántico subsónico –por debajo de la velocidad del sonido, arrebatando el puesto a la compañía británica British Airways, que contaba hasta entonces con una marca de 5 horas y 16 minutos realizada en enero de 2015.
El avión en cuestión es un Boeing 787-9 Dreamliner, frecuente en este tipo de vuelos, y llevaba en esta ocasión un pasaje de 284 personas. Partió de Nueva York a las 11:44 horas y llegó a Londres a las 21:57 horas (local, en ambos casos). Según declaran desde la aerolínea, el tiempo récord fue logrado gracias a los “fuertes vientos de cola sobre el Atlántico Norte, que alcanzaron un máximo de 176 nudos (326 kilómetros por hora) e impulsaron la nave a una velocidad máxima de 1.249 kilómetros por hora”.
El propio comandante de la nave también se declara muy satisfecho con la marca, e incluso afirma que podría haber sido mayor con unas aún mejores condiciones.
El Concorde sigue reinando
Pese a que este ha sido el récord establecido por una aerolínea comercial en vuelo subsónico, el absoluto lo tiene el ya desaparecido Concorde, que dejó de operar en 2003. El avión supersónico, en un vuelo operado por British Airways en febrero de 1996, hizo el trayecto de Nueva York a Londres en tan solo 2 horas y 53 minutos. La velocidad alcanzada en aquella ocasión presentó un pico de 2.173 kilómetros por hora.
