Los Ángeles, Estados Unidos.-Dunkerque, 1940: cientos de miles de soldados aliados están rodeados por el poderoso ejército nazi, el pronóstico no es bueno y solo un milagro les permitirá escapar… Vencer ya no es una opción.
En la playa francesa hay preocupación, incertidumbre y hasta resignación, mientras en Londres, el recién nombrado primer ministro Winston Churchill, su gabinete de guerra y el Parlamento deciden la suerte de estos muchachos, en un momento en que Europa sucumbe ante Adolf Hitler.
Dos películas cuentan por separado -y con un buen condimento de idealización- la histórica evacuación de más de 300.000 tropas aliadas de esta playa en el norte de Francia.
«Dunkerque», de Christopher Nolan, lo hace desde el punto de vista de los vulnerables soldados británicos acorralados en Francia, mientras que «Las horas más oscuras», de Joe Wright, aborda el episodio desde la experiencia de Churchill, que en un sombrío búnker enfrenta presiones para negociar «la paz» con Hitler.
La primera muestra un realismo visceral; la segunda es más psicológica.
«‘Dunkerque’ es un filme sobre la supervivencia», indicó Nolan a la AFP en julio pasado.
«Hizo muchas cosas mal», dijo por su parte Wright sobre Churchill a The Guardian. «Algo que hizo bien fue resistir al fascismo, la intolerancia y el odio».
Entre ambas suman 14 nominaciones a los Óscar: «Dunkerque» ocho, incluidas las categorías de mejor película y dirección, y «Las horas más oscuras» seis, una de ellas un triunfo casi seguro: mejor actuación para Gary Oldman por su interpretación de Churchill.
– «Las guerras no se ganan con evacuaciones» –
El rescate fue bautizado como el «milagro de Dunkerque» pues el ejército británico estimó que rescataría a unos 30.000 soldados y terminó evacuando a diez veces más.
«Fue una derrota militar con un final feliz», escribió Michael Korda, autor del libro «Alone» sobre Churchill y Dunkerque.
El mismo Churchill dijo poco después de la operación que había que «ser muy cuidadosos en no asignarle a esto atributos de victoria. Las guerras no se ganan con evacuaciones».
Lo afirmó en el mismo discurso en el Parlamento con el que cierran ambas películas: «Lucharemos en las playas, lucharemos en los aeródromos (…), nunca nos rendiremos».
El gran «milagro» de Dunkerque, destacó el historiador Max Hastings en un artículo en la revista The New York Review of Books, fue que «el ejército alemán apenas interfirió con la evacuación», a pesar de que era una batalla que hubiera podido significar ganar la guerra, complementó su colega Antony Beevor.
Sobre las películas, Beevor sintió que Nolan y Wright «no tuvieron mucho respeto por la verdad histórica», que buscaron «‘mejorarla’ aún cuando no era necesario», dijo a la AFP.
Beevor aclaró por ejemplo que «fueron los destructores de la Marina los que evacuaron la mayor parte de las fuerzas -las dos terceras partes, según publicaciones-, y no pequeñas embarcaciones», como muestra románticamente la película.
Las embarcaciones civiles fueron la inspiración para Nolan, que una década antes cruzó el canal con su esposa, la productora Emma Thomas, y ha dicho que fue aterrador… aún en tiempos de paz.
– «Si es necesario solos» –
Beevor criticó igualmente la escena «absurda y totalmente ficticia» de Churchill en el metro en 1940 donde pulsó en una amigable conversación la opinión del pueblo sobre la guerra, y resaltó fallas en la transición del gobierno de Neville Chamberlain. «La distorsión de la historia es imperdonable en mi punto de vista».
Al fin de cuentas es una película y la ficción juega su parte… pero también lo hizo la política.
«Demostraremos una vez más que podemos defender nuestra isla… si es necesario por años, si es necesario solos», dijo Churchill en ese popular discurso.
Y algunos le dieron una lectura pro-Brexit, como el derechista Nigel Farage, un defensor de la salida británica de Europa.
«Dunkerque es siempre usado por políticos como el símbolo de algo, pero cada vez que alguien trata de conectarlo con la política contemporánea choca con el hecho de que esto ocurrió en 1940», zanjó Nolan.
En todo caso, destacó Hastings, «la ironía es que Churchill nunca vio nada glorioso en estar solo» y siempre luchó por mantener alianzas durante la guerra, incluida la que hizo con Josef Stalin.
Fuente: AFP