(EFE).-El expresidente peruano Alberto Fujimori, de 79 años, fue hospitalizado ayer en una clínica de Lima debido a una taquicardia y deshidratación aguda, según informó a través de su cuenta en Twitter.
El exgobernante (1990-2000), que fue indultado en diciembre último, explicó que “desde la madrugada” presentó “una deshidratación aguda, complicada luego con taquicardia”.
Debido a esas molestias de salud, “los médicos van a descartar un cuadro de fibrilación auricular”, agregó Fujimori en su mensaje.
El exmandatario vive en una lujosa casa en el distrito de La Molina desde que fue indultado por el presidente peruano, Pedro Pablo Kuczynski, después de haber permanecido en prisión en cumplimiento a una condena de 25 años de cárcel por abusos a los derechos humanos dictada en 2009.
Fujimori está a la expectativa de una resolución de la Corte Interamericana de Derechos Humanos sobre el indulto recibido, dado que su sentencia se basó en sonadas matanzas denunciadas ante este tribunal internacional.
Durante la última semana, los hijos del exmandatario, Keiko y Kenji Fujimori, estuvieron en el ojo de la noticia debido a las versiones de que la primera recibió 1,2 millones de dólares de la empresa Odebrecht en su campaña electoral del 2011 y a la renuncia del segundo a su partido Fuerza Popular.
La Fiscalía de Perú abrió una investigación a Keiko Fujimori y a Fuerza Popular por un presunto delito de lavado de activos al encontrar en las anotaciones de Marcelo Odebrecht, expresidente de la constructora, una frase que decía “Aumentar Keiko a 500 e eu fazer visita” (Aumentar Keiko a 500 y yo voy a hacer visita).
En su declaración ante fiscales peruanos celebrada el miércoles en Sao Paulo (Brasil), el exdirector de Odebrecht en Perú Jorge Barata ratificó que su empresa aportó dinero para financiar las campañas electorales de Keiko Fujimori, Alan García, Alejandro Toledo, Ollanta Humala y Susana Villarán, además de contratar conferencias del actual mandatario peruano, según medios locales.
La lideresa de Fuerza Popular pidió a la fiscalía que archive la investigación en su contra después de conocer que Barata declaró que nunca le entregó dinero alguno a ella, aunque sí a los exministros fujimoristas Jaime Yoshiyama y Augusto Bedoya, a los que pidió que esclarezcan las acusaciones.
En tanto, el legislador Kenji Fujimori renunció a Fuerza Popular al afirmar que el partido político perdió autoridad moral, después de las declaraciones de Barata sobre un millonario aporte para la campaña presidencial de su hermana Keiko.
El parlamentario aclaró que “no dudo de mi hermana, pero el partido ya no tiene autoridad moral. El amanecer, sin embargo, llegará”.
Kenji Fujimori y otros nueve legisladores renunciaron en enero pasado a la bancada de Fuerza Popular en el Parlamento, a raíz de un proceso disciplinario abierto en su contra por discrepancias con la directiva.
Esos diez parlamentarios son los mismos que en diciembre salvaron al presidente Kuczynski de ser destituido de su cargo por el Congreso al abstenerse y romper el voto en bloque de Fuerza Popular, supuestamente como parte de un acuerdo para que tres días más tarde fuera indultado Alberto Fujimori de la condena de 25 años de prisión que cumplía.