EFE, Los Ángeles (EE.UU.).- Un grupo de investigadores demostró una flexibilidad superior del cerebro al «entrenar» neuronas que normalmente procesan información proveniente de los ojos para «desarrollar nuevas habilidades», reveló un estudio publicado.
La investigación de la Universidad de California Berkeley y la Universidad de Columbia reentrenó exitosamente las neuronas para activar un movimiento, con lo que se abre un enorme campo de investigación en la rehabilitación de personas que han sufrido daños cerebrales parciales como los casos de derrames y embolias.
En este estudio, neuronas que no son motoras como las del ojo lograron realizar funciones motoras, asociadas por ejemplo con la utilización de prótesis y aparatos ortopédicos.
«Capturamos arbitrariamente pequeños grupos de neuronas en la corteza visual y virtualmente redirigimos su actividad para controlar un interfaz cerebro-máquina o BMI», explicó José Carmena, autor senior del estudio.
El experimento realizado en ratas permitió que los animales de laboratorio utilizaran estas neuronas para la nueva actividad, lo que muestra, según los investigadores, que el cerebro «ofrece una plasticidad y flexibilidad que permite que muchas de sus neuronas sean entrenadas de nuevo para cumplir otras funciones».
Los investigadores igualmente encontraron que las conexiones desde la corteza cerebral al núcleo estriado subyacente «fueron claves para este aprendizaje, representando un círculo de retroalimentación que podría construir bloques de aprendizaje y memoria a lo largo de todo el cerebro».
En la investigación se implantaron 16 electrones en la corteza visual de 12 ratas para registrar su actividad y, mediante estímulos, se les indujo a que utilizaran esas neuronas para funciones motoras en lugar de visuales y los animales lo lograron.
«Estos experimentos demostraron además que el núcleo estriado ayuda al organismo a aprender a controlar patrones de actividad en otras áreas del cerebro incluso si esos patrones de actividad están localizados en áreas censoras primarias como la corteza visual», anotó Rui Costa, neurocientífico de la Universidad de Columbia.