La ciudad de Miami es sobradamente conocida por sus agradables temperaturas, sus palmeras o sus increíbles playas siempre llenas, entre otras cosas. Sin embargo, para los habitantes de esta tan ansiada ciudad no es oro todo lo que reluce. Según el Inrix Global Traffic Scorecard, Miami es la décima ciudad con más congestión de tráfico en el mundo y la quinta en Estados Unidos. El pasado año, sin ir más lejos, sus residentes emplearon una media de 64 horas en atascos, casi el 10% de su tiempo total de conducción. Unos datos que reflejan la necesidad de cambio en el modelo de movilidad actual de la ciudad con el objetivo de hacerlo más eficiente y sostenible.
Afortunadamente, el alcalde de Miami-Dade, Carlos A. Giménez, es un gran impulsor de innovaciones tecnológicas y ya ha desarrollado varios proyectos en el condado. La ciudad cuenta con una amplia gama de medios de transporte compartido, como autobuses, ferrocarriles o bicicletas. Además, Giménez entiende y comparte la idea de Ford sobre la integración y el potencial de los vehículos de conducción autónoma. Motivos más que suficientes para llevar a cabo una colaboración con potencial para cambiar el futuro de las ciudades.