Hipertextual
Los más veteranos recordarán cómo nos las teníamos que ingeniar para compartir un documento o archivo con un disquete de menos de 3 MB.
Con el tiempo vinieron los DVD regrabables, las tarjetas SD y, finalmente, los stickers USB o pendrives, que permiten compartir varios gigas de archivos.
Internet también ha facilitado mucho esto, y gracias a las conexiones de fibra óptica y a servicios como Drive, Dropbox o Mega, es posible subir a la nube documentos, vídeos o fotografías para compartir y enviar a nuestros contactos.
Pero, como siempre, enviar archivos en la nube tiene un límite, el tamaño del fichero en cuestión. Para superar el límite gratuito o por defecto, es obligatorio pasar por caja.
Con el tiempo han surgido alternativas como WeTransfer o AnySend cuyo límite es menor.
Y, finalmente, tenemos Smash, que permite enviar archivos sin límites de tamaño. Literalmente.