Agencias Madrid.- La principal causa de muerte del cáncer es la metástasis”, dice tajante Manuel Valiente, jefe del Grupo de Metástasis Cerebral del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO).
“El tratamiento actual está bastante limitado por la barrera vascular del cerebro”, prosigue el investigador. Y es que ésta frena la llegada de los fármacos al órgano.
Por el momento, sólo “existen dos alternativas para luchar contra la metástasis cerebral: cirugía y radioterapia. Y la última no funciona tan bien como se creía”. Además, “este tratamiento podría ser válido para cualquier tipo de metástasis cerebral, independientemente del tumor primario que la generó.”, añade.
El papel del contexto celular (microambiente) en el que se desarrolla un tumor va ganando cada vez más importancia, no sólo para entender cómo crecen las células cancerígenas sino también para saber cómo atacarlas. En el cerebro, un lugar inhóspito para cualquier elemento ajeno a él, el papel del microambiente es tan relevante como desconocido.
Por ello, el equipo del CNIO “hemos tratado la célula cancerígena dentro del órgano”, especifica Valiente. Es decir, “cultivamos cerebro vivo en el laboratorio para ir probando con diferentes moléculas. Es como si estuviéramos ensayando con cientos de animales a la vez porque de un sólo cerebro podemos dividir varias partes. Así podemos tener en cuenta el ambiente que rodea a la célula”.
Otra de los papeles clave de esta investigación ha sido Joaquim Bosch, jefe de la Unidad de Cáncer de Pulmón del Instituto Catalán de Oncología (ICO) de Gerona y autor también de este estudio. “En 2016 reportamos respuestas cerebrales en dos pacientes sin más opciones de tratamiento al recibir silibinina, pero desconocíamos cómo funcionaba. Gracias al presente trabajo, liderado por el grupo de Valiente, hoy entendemos su mecanismo de acción a nivel cerebral”, indica Bosch. Él ha sido el responsable de liderar el ensayo clínico que ha dado pie a este gran hallazgo.
Tras los buenos resultados obtenidos bloqueando STAT3 con silibinina en ratones, los autores establecieron una cohorte de 18 pacientes con carcinoma de pulmón y metástasis cerebrales en los que se autorizó el uso compasivo de este fármaco en combinación con el tratamiento estándar.
El 75% reaccionó positivamente a nivel de las metástasis cerebrales, tres de ellos (20%) mostraron una respuesta total y 10 (55%) una respuesta parcial. La supervivencia media se situó en 15,5 meses mientras que en el grupo control (formado por los pacientes tratados por esta enfermedad en la misma institución durante 2015-2016) fue de cuatro meses.
“Los resultados fueron espectaculares y, obviamente nos sorprendieron mucho. Habíamos tenido muy buenos resultados en ratones, pero no sabíamos que serían tan buenos en humanos”, declara Valiente.




