Una aneurisma es la dilatación anormal de las paredes de una arteria, los vasos sanguíneos que transportan sangre desde el corazón hacia otras partes del cuerpo. Si un aneurisma crece, puede romperse y provocar una hemorragia, que muchas veces termina con la muerte de la persona.
Según la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, la mayoría de los aneurismas ocurre en la aorta, arteria que sale del corazón y pasa por el pecho y el abdomen. También pueden darse en el cerebro, detrás de la rodilla, el intestino o el bazo.
No está claro exactamente qué causa los aneurismas; sin embargo, los riesgos de padecer uno aumentan debido a la hipertensión arterial, colesterol alto y tabaquismo.
Los aneurismas pueden desarrollarse antes de causar síntomas. Muchas veces, son detectados por accidente durante pruebas hechas por otras razones. Los dos tratamientos principales que existen contra ellos son las medicinas y la cirugía, precisa la mencionada biblioteca.
En el Perú, cada año se realizan más de 2 mil operaciones para reparar aneurismas. A pesar de la frecuencia con que se hacen, estos procedimientos se consideran de alto riesgo porque más de la mitad de las pacientes fallecen o quedan incapacitados debido a parálisis permanentes (paraplejías).
Sin embargo, existe un tipo de cirugía que se practica desde hace un par de años en EE.UU. y Europa que disminuye significativamente los riesgos de las operaciones convencionales. Este procedimiento fue probado con éxito por primera vez en el Perú.
Expertos de la Clínica Delgado practican una operación endovascular pionera en el país. (Foto: Difusión)En lugar de la técnica usada regularmente (en la cual se hace una incisión de entre 20 cm y 50 cm en el abdomen), se inserta —a través de la arteria aorta— una prótesis para reparar el aneurisma.
Un grupo de expertos de la Clínica Delgado se convirtió en mayo de 2018 en el primer equipo médico del país, y el tercero de América Latina, en practicar este tipo de intervención. La aplicaron en un paciente que tenía un aneurisma que afectaba seis arterias menores.
“Esta cirugía resolvió un caso complejo porque el paciente tenía comprometida la irrigación sanguínea del hígado, los riñones, el páncreas, el bazo, los intestinos y las piernas. Además, ya se había roto la primera de las tres capas que conforman el tejido de la arteria, con lo cual el riesgo de que falleciera en una operación convencional era cercano al 70%, explicó el médico Napoleón Delgado, cirujano cardiovascular de la citada clínica.
