Los exatletas de la Liga Nacional de Fútbol Americano de Estados Unidos (NFL, por su sigla en inglés) que engordaron antes y durante sus carreras deportivas tendrían alto riesgo de desarrollar enfermedad cardíaca y otros problemas de salud.
Los resultados de un estudio publicado en American Journal of Medicine aumentan las dudas sobre los riesgos del deporte en el corto y el largo plazo, según señalan los autores. Los exjugadores engordaron unos 20 kilos entre la práctica deportiva del colegio secundario y el final de sus carreras profesionales.
Por cada 5 kg más entre la secundaria y la universidad o la secundaria y la liga profesional, el riesgo de desarrollar enfermedad cardíaca era un 14 por ciento mayor que en sus colegas sin tanta variación del peso en esos períodos. Además, el riesgo de sufrir apnea del sueño subía un 15-25 por ciento por cada 5 kg más de peso, junto con el riesgo extra de desarrollar dolor crónico y deterioro neurocognitivo.
«Estos datos sugieren que los jugadores de fútbol americano, sus médicos y sus familias deberían conversar sobre la importancia del aumento de peso en la salud y la carrera deportiva», dijo el autor principal, Timothy W. Churchill, del Hospital General de Massachusetts, Boston.
Los resultados surgen de varias encuestas a más de 3.500 exjugadores de la NFL que participaron del Estudio de Harvard sobre la Salud de los Jugadores de Fútbol, que promueve la investigación en salud de los deportistas de la liga.
Los exjugadores tenían 53 años, en promedio, cuando respondieron la encuesta. Más de un tercio era afroamericano y más de un había jugado unos siete años.
El 20 por ciento de los participantes tenía dolor crónico, al 25 por ciento le habían diagnosticado enfermedades cardiometabólicas (diabetes o colesterol elevado), el 22 por ciento tenía apnea del suelo, el 17 por ciento padecía deterioro cognitivo y el 9 por ciento tenía enfermedad cardiovascular, como aterosclerosis o había sufrido un infarto o un ACV.