(EFE).- El Banco de México (Banxico) redujo este miércoles las perspectivas de crecimiento económico del país para 2019 de un rango de 1,7 % a 2,7 % a uno de entre 1,1 % y 2,1 %, citando la desaceleración registrada al cierre de 2018, tanto en el ámbito externo como en el interno.
En su informe trimestral correspondiente al periodo octubre-diciembre de 2018, el banco central redujo también el intervalo para 2020 de entre 2 % y 3 % a entre 1,7 % y 2,7 %.
«Estas previsiones consideran que se mantendrá un marco macroeconómico sólido y finanzas públicas sostenibles», indicó la institución en su reporte.
Señaló que el ajuste para 2019 refleja diversas consideraciones. En el ámbito externo, precisó, «se ha observado una pérdida de dinamismo en el comercio mundial y en la actividad económica global más marcada de lo anticipado, lo que se prevé influya sobre la evolución de la demanda externa de México».
Refirió que en el cuarto trimestre de 2018 se registró menor dinamismo en la mayoría de las principales economías avanzadas y algunas emergentes, destacando los casos de la zona euro, China y, en menor medida, Estados Unidos.
En el ámbito interno, en el segundo semestre de 2018 y, sobre todo a finales de ese año, «se observó una desaceleración más pronunciada a la estimada en el informe anterior», expuso Banxico.
Añadió que esto condujo a un menor nivel del PIB al cierre de 2018, «lo que a su vez genera una menor base para el crecimiento de 2019».
«La mayor debilidad de diversos indicadores de la demanda interna a finales de 2018 sugiere que la desaceleración podría prolongarse a inicios de 2019», abundó.
A esto se suma la expectativa de que la actividad productiva a principios de año se haya visto afectada por eventos transitorios como el desabasto temporal de combustibles en ciertas regiones del país en enero, las interrupciones a las vías férreas en el estado de Michoacán y los conflictos laborales en Matamoros, Tamaulipas.
Banxico citó también la tendencia negativa que la plataforma de producción petrolera mantuvo hacia el cierre de 2018 y principios de 2019, y la perspectiva de que persista la debilidad de la inversión, ya que las primas de riesgo se mantienen en niveles relativamente elevados, si bien han mostrado cierta reversión reciente.
«Cabe señalar que al inicio de una nueva administración generalmente se presenta un rezago del gasto público, lo que puede afectar al crecimiento. Adicionalmente, hay diferentes elementos de política pública cuyos efectos sobre la economía son inciertos», sostuvo.
De acuerdo con la institución, esto podría contribuir a un menor dinamismo de la actividad económica a principios del año en curso.
«Así, persiste considerable incertidumbre alrededor de estas perspectivas y se considera que la economía mexicana continuará enfrentando un entorno complejo en el que prevalecen diversos factores de riesgo externos e internos en el horizonte de pronóstico», acotó.