Dominicanos celebran 175 aniversario de la Independencia

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La Guerra de la Independencia Dominicana fue el proceso histórico que inició con la proclamación de la República Dominicana y su separación de Haití en febrero de 1844.

La Guerra de la Independencia Dominicana fue el proceso histórico que inició con la proclamación de la República Dominicana y su separación de Haití en febrero de 1844. Durante los 22 años que precedieron a la independencia, toda la isla de La Española estuvo bajo el dominio de Haití, a consecuencia de la ocupación por parte de este país del estado de Haití Español, surgido fugazmente en 1821 en la parte oriental de la isla.

Después de los esfuerzos hechos por patriotas dominicanos para independizar el país del dominio haitiano, varias acciones militares ocurridas entre 1844 y 1856 terminaron por consolidar a la república como un nuevo estado. Los haitianos intentaron varias veces volver a dominar la recién creada república con resultados fallidos hasta que en 1867 Haití reconoció la independencia dominicana.

No obstante, como la situación fronteriza no quedó definida después del conflicto, Haití siguió ocupando el altiplano central, donde están emplazadas las ciudades de Hincha, Las Caobas, San Miguel de la Atalaya y San Rafael de la Angostura. Tras el tratado fronterizo de 1936, la República Dominicana terminó renunciando a esos territorios.

En 1801, Toussaint Louverture, líder de la revolución haitiana, llegó a Santo Domingo y proclamó la abolición de la esclavitud en nombre de la República Francesa. Poco después Napoleón envió un ejército que sometió toda la isla y la gobernó durante unos meses. Los negros y mulatos de la parte occidental de la isla se alzaron nuevamente en contra de los franceses en octubre de 1802 y finalmente los derrotaron en noviembre de 1803. El 1 de enero de 1804, los vencedores declararon a Saint-Domingue como la república independiente de Haití.

Después de la derrota a manos de los haitianos, una pequeña guarnición francesa permaneció en la parte oriental de la isla, zona donde la esclavitud fue restablecida y de la que muchos de los emigrantes colonos españoles habían emigrado. En 1805, tras coronarse emperador, Jean-Jacques Dessalines invadió la parte oriental y llegó hasta la ciudad de Santo Domingo, pero tuvo que retirarse ante la resistencia de un escuadrón naval francés. Durante su retirada a través del Cibao, los haitianos saquearon las ciudades de Santiago y Moca, matando a la mayoría de sus residentes.

Los franceses gobernaron en la parte oriental de la isla hasta que fueron derrotados por los habitantes españoles en la Batalla de Palo Hincado el 7 de noviembre de 1808, hecho que les obligó a concretar la rendición definitiva de Santo Domingo, el 9 de julio de 1809, bajo la presión de la Marina Real Británica.

No obstante, las autoridades españolas mostraron poco interés en su colonia restaurada por lo que este período de la historia se conoce como España Boba. Este desinterés por la colonia de Santo Domingo se debió a la ocurrencia de la Guerra de la Independencia Española contra los franceses y al proceso independentista que surgió en muchas de las colonias españolas en América. El agotamiento de las riquezas de la colonia provocó el desinterés de la metrópoli para la producción de nuevas riquezas y bienes. Paralelamente, los grandes ganaderos llegaron a tener un fuerte liderazgo en el sureste, donde la «ley del machete» gobernó por un tiempo.

El 1 de diciembre de 1821, el ex capitán general y escritor José Núñez de Cáceres declaró la independencia de la colonia, llamándola Estado independiente de Haití Español, a la vez que solicitó la incorporación del nuevo estado a la Gran Colombia.

Vista del puerto de Santo Domingo

A finales del la década de 1840, el presidente Báez consiguió el apoyo de marino francés Juan Carlos Fagalde para realizar una ofensiva marítima que fue trascendental en el afianzamiento de la independencia dominicana. La flotilla naval hundió barcos haitianos en Los Cayosen incendió los poblados de Anse-à-Pitre y de Saltrou. Además se capturaron varios barcos haitianos llenos de provisiones. Según las crónicas de la época, no hubo ni una baja dominicana en esos aprestos ofensivos.

La flotilla dominicana, mandada por el comandante Fagalde, fue por segunda vez a las costas de Haití; se fondeó en la Petite Rivière, desembarcó su gente, poniendo en fuga la guarnición y tomándole dos banderas; redujo a cenizas el pueblo y dispersó a cañonazos a los habitantes de Dame Marie.

Sobre el Autor

Jessica Hernandez

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