‘Dicen que van a dar una tregua de dos días’, aseguró una joven mientras esperaba para pagar su factura en el mercado Big Star de Petion Ville, uno de los pocos que ha permanecido abierto desde el inicio de las protestas el pasado 7 de febrero.
También prestan servicio algunas sucursales bancarias, farmacias, cajeros automáticos, centros sanitarios y gasolineras, en las cuales se amontonan decenas de vehículos.
‘Nosotros pudimos abastecernos ahora después de más de una semana’, dijo un conductor a Prensa Latina y agregó que la actual situación es aún incierta por lo que hay que precaver.
Tras el discurso del presidente Jovenel Moise este jueves, disminuyeron las manifestaciones en el país, aunque la oposición llamó a nuevas movilizaciones la víspera y señaló que no saldrán de las calles hasta el fin del actual gobierno.
En su alocución, el jefe de Estado descartó su renuncia y llamó a un nuevo proceso de diálogo, y aseveró que no entregará el poder a ‘pandilleros armados ni traficantes de drogas’.
También la víspera, la administración de Estados Unidos instó al diálogo y compromiso genuinos, que conduzcan a un gobierno transparente y responsable en Haití, y anunció el envío de ayuda humanitaria, destinada a aliviar la grave inseguridad alimentaria entre los segmentos más vulnerables de la población.
Entre las principales demandas de los manifestantes se encuentra la renuncia del actual mandatario y la aplicación de medidas urgentes que disminuyan los costos de los productos de primera necesidad.
También reclaman justicia en el caso de malversación de fondos del programa energético, que, de acuerdo a un informe parcial del Tribunal Superior de Cuentas, sobrepasa los dos mil millones de dólares.
El primer ministro Jean Henry Céant anunció que este sábado se dirigirá a la nación a través de las ondas de la televisora estatal. Se espera que dicte medidas para enfrentar la crisis económica que atraviesa el país.
