Noté ojos llorosos, gente frotándose las manos y levantando sus brazos en señal de alegria. Vi las cofradías antitodo sumarse a la decisión y hacer causa común con lo que entienden les acerca al apocalipsis.
Oí y leí análisis enjundiosos y jurídicamente acabados que explicaban causales constitucionales que se ajustaban a una y otra postura.
Supe de posiciones rígidas de quienes se sintieron perniciosos y manifestaciones de resistencia a acatar la decisión.
Pasaron entrevistas de los presuntos ganadores que ahora alabaron a quienes antes criticaron y aproximaron a sectores de poder a quienes disintieron de la posición de mayoría colegiada.
Y más allá de los análisis, más allá de los intereses, cabe reflexionar al respecto de lo fallado y a su alcance.
Si se anula una convención que escogió unas autoridades, las autoridades cesantes a partir de dicha convención retoman su autoridad.
Y siendo que antes de la referida convención anulada el Presidente del PRD lo era Miguel Vargas Maldonado, y el resto de la dirección sus correligionarios, igual que los que le sustituyeron por medio de la convención anulada, me luce que toda esta parafernalia es un placebo intrascendente políticamente hablando.
Esperemos.
La Sentencia TSE-012-2019 anula una convención del PRD, y por ende anula unas autoridades, por lo que se supone se erigen las autoridades previas a la convención. Es decir Miguel Vargas presidente y otros de su cofradía. Entonces no entiendo de festejos o llantos por tal decisión
— Valentin Medrano P (@ValentinMP14) April 12, 2019