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Crisis políticas

J M Guerrero
J M Guerrero

“Las revoluciones se producen en los callejones sin salida. Cuando la verdad es demasiado débil para defenderse y tiene que pasar al ataque.” Bertolt Brecht

Todo partido político atraviesa tensiones y enfrentamientos producto de las luchas de poder, que casi siempre enfrentan tendencias o grupos que tienen las mayorías de las estructuras partidarias. Todos los partidos políticos tradicionales del país, han sufrido sus crisis y han tenido sus consecuencias por la forma en que las han manejado; desde la caída del régimen de Trujillo han gobernado tres partidos, PRD, PRSC y PLD.

El PRD es el que más crisis ha tenido con diez en su historia. Se enfrascaron Bosch y Jimenes Grullón en una lucha y esto provocó la salida del segundo y que éste fundara la organización Alianza Social Demócrata, (hoy PRM).

La crisis no dejo de perseguir al PRD, iniciaron poco después de que arribó al país en fecha 5 de julio de 1961, por la apertura democrática que permitió el régimen en su decadencia. Luego de la caravana de la libertad, el Presidente Balaguer ya había realizado propuestas de un gobierno de unidad. El PRD atravesó su segunda crisis con la expulsión de Nicolás Silfa por aceptar el cargo de Secretario de Estado de Trabajo y la renuncia de Ramón A. Castillo por impases con el profesor Bosch. Después, vino otra dificultad por la elección del candidato presidencial y vicepresidencial para las elecciones del 20 de diciembre de 1962, Bosch no aceptó la elección vicepresidencial que fue Buenaventura Sánchez Féliz e impuso como vicepresidente al médico Segundo Armando González Tamayo.

El 15 de diciembre de 1973, el profesor Bosch salió del PRD, fundando el PLD y oficializando la cuarta crisis. Eventualmente, en un periodo comprendido entre 1973 y 1978, renunciaron dirigentes como Washington De Peña, Pablo Rafael Casimiro Castro, entre otros para pasar a las filas del PRSC. También la tensión surgida entre Antonio Guzmán, Jorge Blanco y Jacobo Majluta por los resultados de la convención de 1977, la cual fue ganada por Guzmán producto de su acuerdo con Majluta y que el segundo no cumpliera lo pactado con Jorge Blanco. Transcurridos ocho años de gobierno del PRD culminados en 1986, por la división existente entre Jorge Blanco y Majluta, pero al instante, otra división fue producto del enfrentamiento por la candidatura de 1990 entre Peña Gómez y Majluta, del cual surgieron el BIS y el PRI; y el apresamiento de Jorge Blanco duraron 14 años para retornar al poder de la mano de Hipólito Mejía quien por la reforma constitucional del 2002, dividió nuevamente al PRD y expulsó a Hatuey De Camps, que era a la sazón Presidente del PRD. Pero, también en 1997 hubo otra controversia por la candidatura a Alcalde del Distrito Nacional y la décima crisis y conocida por todos, fue entre HM y MVM, que produjo al PRM.

El PRSC, tuvo su crisis más conocida en 1970, cuando el Presidente Balaguer amenazó con abandonar el partido reformista y aspirar a la reelección fuera de la organización, la solución fue obligar a Augusto Lora a abandonar el partido y se convirtió en el líder y candidato del Movimiento de Integración Democrática contra la reelección. Con el pasar del tiempo, hubo otra crisis con el enfrentamiento de Balaguer contra Fernando Álvarez Bogaert, quien tuvo que salir de las filas reformistas para ser compañero de boleta de Peña Gómez en las elecciones de 1994, la cual, finalizo con la dudosa victoria de Balaguer y provocó la crisis que tuvo como solución el Pacto por la Democracia.

Antes del PLD llegar al poder en 1996, Bosch que lo constituyó como antítesis histórica del PRD. Prohibió las tendencias, aunque hubo enfrentamientos entre los Fiallos y Alburquerque, como también las expulsiones de Bienvenido Mejía y Mejía, Julio Ibarra Ríos y Milagros Ortiz Bosch, por apoyar la propuesta del PRD. En 1978, surge la peor división con la renuncia del secretario general, Antonio “Tonito” Abreu y la eventual expulsión del Dr. Alburquerque, entre otros.

La gran diferencia, es que las crisis del PRD y PRSC surgieron durante sus ejercicios de gobierno o en vías a obtener o producto de perder el poder político, las del PLD durante su estancia en la oposición. Luego de escalar los resortes del poder en 1996, hubo nerviosismos por la convención del 2007 y todo fue solucionado sin crisis ni renuncias al partido y lo mismo, ocurrió con la controversia del 2015. Para nadie es secreto que las tensiones actuales se solucionaran con el respeto a la Constitución. La otra gran diferencia de las crisis moradas, es que su alta dirigencia ha hecho lo mejor para el partido, contrario al PRD y PRSC que siempre impusieron los intereses personales antes que los de sus partidos.

Ante el debilitamiento del sistema de partidos políticos, el PLD debe preservarse porque de lo contrario sería inevitable una crisis política, de resultados impredecibles, podría incluso, abrir las puertas a un “outsider”, cosa que podría provocar secuelas políticas tal cual, fuesen resultados de un juego de azar.

La situación de este momento ha evidenciado la incoherencia política en la que ha incurrido la oposición en el juego democrático, no proponen y si “proponen” algo, es simplemente tratando de montarse en un tema de momento. Cito un fragmento del trabajo titulado, Partido político y consultor político separados por 6 obstáculos del consultor político, Daniel Eskibel: “La política es un largo viaje lleno de obstáculos, querer llegar rápido no es más que una vana ilusión. Una ilusión perseguida con asombroso empecinamiento por gran parte de los políticos. Vivimos un tiempo donde la promesa de éxito rápido y fácil tiene gran predicamento, en política significa obsesionarse con el corto plazo y nada más que el corto plazo. Tiempos breves, entonces y limitados a la próxima campaña electoral.

Así es que las emociones se disparan y los razonamientos apenas cubren las apariencias y en el partido político se dice que ahora sí, que en esta campaña sí que podemos ganar, que esta elección es la nuestra, que la gente ya no cree en nuestros rivales, que vamos a ganar. Banderas, discursos, apariciones en el telediario, mucha presencia en redes, mítines para colocar el mensaje, unas buenas vallas, mucho ingenio y por sobre todo mucha pasión. La noche de la elección es la noche del golpe contra la dura piedra de la realidad. La derrota duele y solo queda la resaca. Es que la política no es cuestión de corto plazo. Es un viaje para llegar lejos.”

La actual crisis de la oposición es su inacción y su incapacidad de instrumentar un proyecto real, y lo imposible que se vislumbra su unificación. No hay propuestas y solo espera de una difícil, por no decir imposible división del oficialismo. Mientras el PLD vislumbra su tradicional capacidad para ponerse de acuerdo y cumpliendo la función de todo partido político, después de obtener el poder, preservarlo.

Desde 1996, el PLD ha solucionado todas sus crisis por recurrir al diálogo y por eso continua al frente de la cosa pública. Lo coherente es respetar el acuerdo del 2015 y así evitar emular los errores que hemos descripto con anterioridad, cometidos por el PRD en sus diez crisis y no pugnar como Balaguer por el control absoluto que dejo al reformismo sumido ante las dádivas.

Concluyo con un fragmente del libro de Contra el fanatismo de Amos Oz, cito: “En mi mundo la expresión “llegar a un acuerdo, a un compromiso” es sinónimo de vida. Y donde hay vida hay compromisos establecidos. Lo contrario de comprometerme a llegar a un acuerdo no es integridad, lo contrario de comprometerme a llegar a un acuerdo no es idealismo, lo contrario de comprometerme a llegar a un acuerdo no es determinación. Lo contrario de comprometerme a llegar a un acuerdo es fanatismo y muerte.”

Por; Jesús M. Guerrero

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