Yahoo.- Cualquiera que haya viajado en avión, sobre todo en un periplo con escalas, lo sabe: las estaciones de carga en los aeropuertos son lo más cómodo y práctico que existe en momentos en que la batería del smartphone está en las últimas. Sin embargo, esos puertos USB pueden venir con un costo adicional.
Porque, al haber tantas estaciones, y a veces en aeropuertos que ocupan miles de metros cuadrados, quedan a merced de cibercriminales que pueden modificar esas conexiones USB para instalar malware en los teléfonos que se conecten e incluso descargar datos sin su conocimiento.
«Conectarse a un puerto USB público es como encontrar un cepillo de dientes a un lado de la carretera y decidir metérselo en la boca. No tenés ni idea de dónde ha estado esa cosa», dice Caleb Barlow, vicepresidente de la división X-Force Threat Intelligence de IBM Security. «Y recordá que ese puerto USB puede pasar datos.»
Más todavía: usar un cable USB abandonado es exactamente lo mismo, ya que también pueden ser modificados con los mismos fines.
Es mucho más seguro llevar el cargador normal con tu propio cable y conectarlo a un tomacorriente de pared o, alternativamente, llevar un pack de energía portátil para recargar el teléfono cuando el nivel de carga es bajo, indicó La Voz.
Si, así y todo, querés seguir usando puertos USB públicos para cargar, Barlow recomienda invertir 10 dólares para algo llamado Juice-Jack Defender. «Es un pequeño adaptador que podés poner entre el cable de carga y el puerto USB y que básicamente bloquea cualquier dato que pase por el cable. Sólo pasa el voltaje», dice Barlow.