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El presidente de China, Xi Jinping, visitó el martes el epicentro del brote de un nuevo coronavirus por primera vez desde la aparición de los primeros casos de una enfermedad respiratoria por entonces no identificada en la ciudad de Wuhan en diciembre.
La visita coincidió con la vuelta gradual al trabajo de la población en otras partes del país, mientras el coronavirus se expande por el mundo, afectando gravemente a los viajes, a las bolsas y a la economía global. Siguiendo el ejemplo de China, el gobierno de Italia endureció la cuarentena e impuso restricciones para viajar en gran parte del país.
La propagación del COVID-19, la enfermedad causada por el virus, en China puso en tela de juicio el liderazgo de Xi, que estuvo ausente de la escena pública en los primeros días de la crisis. La falta de una reacción rápida se atribuyó a autoridades municipales y provinciales, que han sido reemplazadas.
Medios estatales reportaron que Xi llegó por la mañana a Wuhan, que, como otras ciudades cercanas, estuvo en cuarentena desde finales de enero para tratar de contener la propagación del coronavirus. La mayoría de los pacientes del país están en la ciudad, con más de 80.000 casos confirmados, y las autoridades desplazaron a miles de trabajadores sanitarios a la zona y construyeron centros médicos prefabricados para aislar a los enfermos.
Xi inspeccionará las labores de prevención y control de la epidemia visitará al personal médico, voluntarios, pacientes y otros en la primera línea de la lucha contra el virus, agregaron medios estatales. En medio de las dudas sobre la implicación de Xi, su primer ministro, Li Keqiang, visitó Wuhan a finales de enero.









