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Argentina extiende su cuarentena con bancos abiertos usando la mascarilla

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Según los últimos datos oficiales, el país registra, desde que el 3 de marzo pasado se conoció el primer caso, 2.208 personas afectadas por COVID-19, de las que 95 fallecieron, 113 están en terapia intensiva y 515 fueron ya dadas de alta.

Desde el inicio de la pandemia, se han realizado en Argentina 21.193 pruebas diagnósticas para la enfermedad, lo que equivale a 467 muestras por cada millón de habitantes.

Si bien el aislamiento social obligatorio iba a regir del 20 al 31 de marzo, el Gobierno decidió prorrogarlo, primero hasta después de Semana Santa y luego hasta el 26 de abril, con el fin de aletargar la velocidad de contagio y dar más tiempo al sistema sanitario para prepararse ante un eventual agravamiento de la situación.

BANCOS Y TALLERES DE AUTO ABIERTOS

Desde esta mañana, las sucursales bancarias vuelven a abrir para el público en general aunque con restricciones, ya que quienes necesiten hacer trámites presenciales deberán pedir un turno a través de internet, y solo los jubilados podrán ser atendidos en ventanilla.

Aunque se pudo ver largas filas a las puertas de algunos bancos del populoso cinturón urbano de la capital, el hecho de haberse regulado la asistencia ha impedido que se dieran las polémicas aglomeraciones producidas hace poco más de dos semanas, cuando se abrieron las sucursales para el pago de pensiones y ayudas sociales.

Entre los exceptuados de cumplir con la cuarentena, más allá de los supermercados, farmacias y otros establecimientos que siempre estuvieron abiertos por ser esenciales para la población, están desde hoy los talleres mecánicos y otros locales del mismo rubro, para atender a vehículos de transporte público, de fuerzas de seguridad o sanitarios con autorización para circular.

Las novedades en este nuevo tramo de la cuarentena también incluyen la autorización para que personas con discapacidad y quienes las atienden puedan hacer salidas breves y cerca de sus domicilios.

USO DE MASCARILLAS EN BUENOS AIRES

En Buenos Aires, ciudad que acumula mayor número de infectados (586), el transporte público aumentará desde hoy las desde hace semanas menguadas frecuencias -aunque se insiste en cumplir con la distancia social- y desde el miércoles será obligatorio el uso de tapabocas, caseros o comprados, en cualquier comercio o lugar público cerrado.

Las multas para quienes incumplan esta normativa estarán entre los 10.000 pesos argentinos (154 dólares) y los 80.000 pesos (1.236 dólares).

Esta iniciativa de la capital, que presentó a la prensa el alcalde Horacio Rodríguez Larreta, se suma a la obligatoriedad que ya rige en otros lugares del país como las provincias norteñas de Jujuy y La Rioja.

Con el fin de no interferir en las necesidades de insumos del personal sanitario, el Gobierno porteño prohibirá la venta de las mascarillas profesionales N95 a las personas que no acrediten formar parte de los servicios de salud.

CARGAMENTO DE MATERIAL DE CHINA

Este lunes, llegó a Buenos Aires un cargamento aéreo con elementos médicos enviados por China para atender a la emergencia sanitaria por el COVID-19, que se enmarca en las conversaciones de cooperación bilateral entre el mandatario argentino, Alberto Fernández, y su homólogo chino, Xi Jinping.

El envío incluye 5.000 trajes de protección, 10.000 máscaras protectoras para uso médico, 50.000 máscaras quirúrgicas, 1.000 viseras, 200 termómetros digitales, 1.000 pares de guantes y 1.000 cubiertas para zapatos, destinados al Ministerio de Salud de Argentina.

QUIZÁ NO HAYA PICO

En multitud de comparecencias públicas, el jefe de Estado ha destacado que la rapidez con la que se tomaron en Argentina las medidas contra el virus han colocado al país como ejemplo para el mundo, aunque sin ver aún resuelto el problema.

Este domingo, en una entrevista con el canal Telefe, Fernández relató que los expertos médicos que lo asesoran aseguran que habrá un «momento culminante» en el que el virus «habrá alcanzado su máxima expansión en la sociedad», el llamado pico, que calculaban podía llegar alrededor del 15 de mayo.

«Vamos a ver… porque ahora algunos epidemiólogos me dicen que los resultados de la cuarentena están aplanando mucho la curva y entonces ese pico quizás no sea un pico, sino que sea un constante devenir de contagios en un ritmo más lento y tal vez dure la enfermedad más tiempo, pero evitemos ese pico”, agregó.

Agencia EFE

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