EFE
La pandemia del coronavirus marcará un «antes y un después» para el tenis según la Federación Italiana de este deporte (FIT), cuyo presidente, Angelo Binaghi, prevé «al menos un año» con partidos sin recogepelotas ni técnicos en las canchas y un número reducido de espectadores.
Con la competición paralizada y la máxima incertidumbre sobre cuándo y cómo se podrá reanudar, la FIT está preparando una serie de opciones para limitar al máximo los daños económicos a su movimiento, aunque teniendo claro que el tenis poscoronavirus será completamente distinto.
La ATP y la WTA fijaron el último parón de la competición en el 13 de julio, después de que se anunciara el pasado 31 de marzo la cancelación de la edición 134 de Wimbledon, algo que no ocurría desde la II Guerra Mundial.
«Durante uno o dos años nada será como antes. Los jugadores deberán recoger sus bolas y sus toallas, no podrán llevar a su cuerpo técnico a las canchas. El público entrará y se sentará separado, con mascarillas y gel desinfectante para todos», es la idea de Binaghi, difundida por la web oficial de la FIT.
«Será un sistema de calidad. Me gustaría que el tenis fuera premiado por sus características únicas», agregó el presidente de la Federación italiana, quien tiene claro que serán necesarios sacrificios por parte de todos antes de que el tenis pueda volver a la normalidad.
Unos sacrificios que Binaghi está dispuesto a hacer con tal de poder reanudar la competición «lo antes posible».
El tenis italiano consigue la gran mayoría de sus ingresos gracias al Masters 1000 de Roma, que se organiza en mayo en la tierra batida del Foro Itálico y que tiene como vigente campeón al español Rafael Nadal, y el ATP Next Gen, que se disputa en noviembre en Milán en pista cubierta.
El torneo romano ha sido aplazado hasta una fecha por decidir a causa de la pandemia mientras que, de momento, el Next Gen de Milán, en el que se miden los ocho mejores jugadores sub-21 del mundo, está previsto del 10 al 14 de noviembre en la capital lombarda.
Binaghi propondrá con fuerza a la ATP organizar el Masters 1000 de Italia entre septiembre y octubre, antes o después de que se celebre Roland Garros en París, y se mostró dispuesto, si fuese necesario, a organizarlo sin recogepelotas y a puerta cerrada.
«La idea es jugar el torneo en Roma entre septiembre y octubre. en la nueva temporada sobre tierra. De no ser posible, podríamos organizar el torneo en Cagliari en noviembre, en Milán en diciembre, o quizás un evento dividido entre Turín y Milán, con torneo masculino y femenino, y luego finales en una única sede. Sería una buena unión entre dos ciudades sacudidas por el virus», dijo Binaghi.
«Con tal de jugar el torneo, aceptaría también que fuera a puerta cerrada», agregó.
El Masters 1000 de Roma, del que Nadal fue nueve veces campeón, registraba en los últimos años un notable crecimiento de espectadores en las canchas del Foro Itálico y estableció en la edición de 2019 su récord absoluto: 224.360.
Y es que Binaghi cree que el tenis es un deporte particular, que no pone en particular peligro a los jugadores pues se disputa al aire libre y sin contactos.
«Somos el deporte más seguro a nivel sanitario. No nos pueden tratar como a los deportes en equipo, con contactos o en pista cubierta. Me gustaría que quienes nos gobiernan lo entendieran», afirmó el presidente de la FIT.
«Vestuarios cerrados, banquillos en los lados opuestos de la cancha, limpiarse con gel desinfectante en cada cambio de campo. El tenis puede y debe reanudar la competición lo antes posible», concluyó.