Estados Unidos alcanzó este miércoles la cifra de 1.550.959 casos confirmados de COVID-19 y la de 93.214 fallecidos por la enfermedad, de acuerdo al recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins.
Este balance a las 20.00 hora local (00.00 GMT del jueves) es de 23.604 contagios y de 1.369 nuevas muertes más que el martes.
El estado de Nueva York se mantiene como el gran epicentro de la pandemia en Estados Unidos con 354.370 casos confirmados y 28.636 fallecidos, una cifra parecida a la de Francia y solo por debajo del Reino Unido e Italia.
Tan solo en la ciudad de Nueva York han muerto 20.934 personas.
A Nueva York le siguen la vecina Nueva Jersey con 150.776 casos confirmados y 10.749 fallecidos, el estado de Illinois con 100.418 contagios y 4.525 decesos y Massachusetts, que ha reportado 88.970 positivos por coronavirus y 6.066 muertos.
Otros estados con un gran número de fallecidos son Michigan con 5.060, Pensilvania con 4.770, Connecticut con 3.529 y California con 3.485.
El balance provisional de fallecidos -93.214- se aproxima a las estimaciones iniciales de la Casa Blanca, que proyectó en el mejor de los casos entre 100.000 y 240.000 muertes; pero ha superado ya con creces los cálculos más optimistas que hizo «a posteriori» el presidente Donald Trump de entre 50.000 y 60.000 fallecidos.
Desde entonces, sin embargo, Trump ha aumentado su pronóstico en varias ocasiones hasta reconocer en su cálculo más reciente que la cifra final probablemente estará entre 100.000 y 110.000 muertos.
El Instituto de Métricas y Evaluaciones de Salud (IHME) de la Universidad de Washington, en cuyos modelos de predicción de la evolución de la pandemia se fija a menudo la Casa Blanca, calcula que para comienzos de agosto la crisis habrá dejado más de 143.000 muertes en Estados Unidos.