Barcelona, 25 may (EFE).- El Club Natació Barcelona ha sido uno de los pocos clubes deportivos de España que este lunes ha podido abrir sus puertas después de dos meses y medio sin poder hacerlo.
Lo ha hecho con restrictivas medidas sanitarias y de aforo, lo que ha provocado que la afluencia de público haya sido muy menor a la habitual.
Previamente, el club, ubicado frente a la playa de La Barceloneta, había elaborado un plan de reapertura para poder abrir en fase 1 validado directamente por el Consejo Catalán del Deporte gracias al cumplimiento de tres requisitos: disponer de instalaciones al aire libre, ser de gestión privada y poder garantizar el control de acceso y el aforo.
Durante la primera jornada, los responsables del CNB tienen previsto que pasen por las instalaciones unas 70 personas, las cuales previamente han reservado su entrada mediante la aplicación del club.
El tiempo máximo que podrán practicar deporte en el recinto será de 45 minutos a causa de que se deberán dejar 15 minutos entre turno y turno para llevar a cabo las tareas de desinfección.
La poca afluencia se ha podido comprobar desde primera hora de la mañana, cuando las instalaciones estaban prácticamente vacías. Pero poco a poco han ido llegando usuarios, algunos de ellos despistados que no se habían acordado de reservar hora.
«O venía ya o me cortaba las venas», decía en broma a la recepcionista un hombre de edad avanzada que no había hecho el trámite. De todas maneras, después de hacerle el pertinente control de temperatura corporal con una cámara termográfica bajo la atenta mirada de una enfermera, le han buscado una solución.
Otros, más jóvenes, se habían dejado la mascarilla en casa y hacían broma sobre si era suficiente con «ponerse el casco de la moto». Para este imprevisto el centro ya estaba preparado y en el mostrador se han podido adquirir mascarillas al precio de un euro.
De momento, todos estos usuarios podrán hacer uso de las instalaciones al aire libre, excepto de las piscinas. Así, los trabajadores han repartido bicicletas de ‘spinning’ (el aparato más demandado) por los alrededores de la piscina exterior. Los usuarios tendrán unas excelentes vistas del Mar Mediterráneo y la sombra de un parasol.
Por otro lado, en el club también se permite jugar a deportes de raqueta en solitario o contra un rival, siempre respetando la distancia de seguridad de dos metros, y hacer clases particulares con un profesor en las instalaciones interiores. Además, los usuarios pueden coger sus pertenencias de la Escuela Náutica ubicada a pie de playa para salir a practicar deportes en el mar.
Los responsables del CNB ahora están llevando a cabo gestiones para poder abrir las piscinas, la base de un club centrado en los deportes de agua (seis de las nueve disciplinas con deportistas federados que tiene son acuáticas). Pero, de momento, la previsión es que deberán esperar a la fase 2 para que ello sea posible.
El gobierno aún no ha dado el visto bueno a la petición encabezada por el histórico club barcelonés y secundada por más de 75 clubes de natación españoles en la que se solicita avanzar de la fase 2 a la 1 la reapertura de las piscinas y las zonas acuáticas que se encuentren dentro de las instalaciones de estos clubes.
Así, de momento ningún deportista federado del CNB acudirá al club en estas condiciones porque le es más útil aprovechar el permiso para hacer deporte al aire libre en grupos de hasta 10 personas, una novedad que desde hoy ya se puede disfrutar en Barcelona y su área metropolitana al haber alcanzado la fase 1.