¿Cómo serán las relaciones en el futuro? En una época marcada por la inmediatez y la digitalización, la búsqueda del amor sigue “estando de moda” en una paradoja en la que nuevos modelos de relaciones rápidas gestadas a golpe de “click” entran en escena y marcan algunas pautas sobre cómo será el amor en tiempos de “posmodernidad”.
El paradigma social ha cambiado, y también en el terreno del amor, en el que la llegada de “las redes sociales” han modificado “el estilo de vida” y también “la percepción del amor y de sus roles”, explica a Efe la periodista, “matchmaker”, y autora del libro “Match: Cómo encontrar pareja en la posmodernidad” (Alienta), Montaña Vázquez.
Relaciones que cambian
“Lo que esperábamos de las relaciones de pareja ha cambiado, se ha pasado de la teoría romántica del ‘yo incompleto’ que busca una pareja que la complemente a la teoría en la que se asume la responsabilidad de la pareja de forma ecuánime, para llegar a la actualidad, en la que impera la inmediatez de relaciones que comienzan y acaban rápidamente, en la que nos asusta el vínculo”, explica Vázquez.
Montaña Vázquez es también fundadora de “The Matchmarketing Agency”, un portal en el que se facilita la creación de “uniones duraderas” entre dos personas a partir de la “compatibilidad” en diferentes aspectos, a través de diversos procesos que posicionan este concepto lejos de ser “una web de citas o una agencia matrimonial” al uso, ya que, como afirma, “la gente sigue buscando enamorarse”.
El objetivo es “partir de uno mismo”, para lograr convertirse en lo que Vázquez denomina “un emprendedor emocional”, alguien que abandona las diferentes “capas de creencias” para llegar a su verdadera personalidad, en la que hacer una mirada interior y de la que partir en busca de forjar un vínculo fuerte.
“Seguimos buscando tanto amar como ser queridos, pero la realidad es que tenemos vínculos efímeros en los que no se profundiza por miedo a arriesgar, pivotando entre diferentes relaciones rápidas”, desgrana la autora, que establece una comparación con la teoría del sociólogo Baumann sobre la “modernidad líquida”, en la que señala cómo la sociedad actual viene determinada por la inmediatez.
Este arquetipo de relaciones efímeras se sostiene, principalmente, por la digitalización, que ofrece la posibilidad de conectar en tiempo real con un amplio abanico de personas a través de diferentes aplicaciones, alimentando un sistema de relaciones “que empiezan y acaban con rapidez”, en un bucle de no aceptar conocer de verdad a alguien por miedo a perder la oportunidad de conocer otras múltiples opciones.
“Vivimos en una falsa conexión virtual en la que perdemos la conexión con nosotros mismos, tenemos pequeños mini vínculos y huimos de sentirnos vulnerables, olvidando que para ser feliz hay que asumir riesgos, algo que generalmente cuesta muchísimo”.
Y es que, para Montaña Vázquez la vulnerabilidad es una pieza clave: “ser vulnerable no es sinónimo de debilidad, sino una liberación por la que poder mostrarnos tal y como somos”, explica sobre una pieza crucial para poder profundizar en las relaciones, que culturalmente vive una estigmatización en torno a la debilidad.
Una vulnerabilidad que, además, se esconde con mayor facilidad tras las pantallas, ya que es mucho más sencillo “mostrarse de una forma determinada tras un monitor”, en los que la apariencia física cobra un protagonismo importante que, en ocasiones, eclipsa el resto de factores.
“En el amor existe un culto a la juventud, en el que la gente no asimila bien el envejecimiento, en especial el de la mujer”, desgrana Vázquez, que insiste en el concepto de “edadismo”, por el cual se olvida que las personas fuera de la juventud puedan “encontrar el amor” en la madurez.
En este marco de amor “inmediato” que utiliza como mediador en muchas ocasiones las redes sociales, ha entrado en juego la situación de aislamiento debido a la pandemia, un factor que, según Vázquez, habrá servido a gran parte de la sociedad para “reflexionar y encontrarse con uno mismo” lejos de distracciones habituales del ritmo frenético, es decir, en dar un paso más hacia convertirse en emprendedores emocionales.
Agencia EFE