Su preocupación ahora está en que existe la posibilidad de que la liga decida regresar y pasar directamente a los playoffs con los primeros ocho equipos de cada conferencia, lo que significaría la eliminación automática para ellos.
Portland, New Orleans y Sacramento están a tres juegos y medio de distancia del conjunto de Memphis, mientras que San Antonio a sólo cuatro partidos de los Grizzlies, que ocupan el octavo lugar del Oeste.
Los equipos tienen todavía entre 18 y 20 partidos todavía por jugar del calendario regular de 82 juegos, un número suficiente para realizar un último empuje a la clasificación, pero es muy difícil que se puedan realizar esos encuentros.
El caso de Portland es el más notable. Los Blazers terminaron en el tercer lugar de la difícil Conferencia Oeste la pasada temporada y superaron los pronósticos al avanzar hasta las Finales de Conferencia, donde finalmente cayeron ante los Warriors de Golden State.
Encabezados por Damian Lillard y CJ McCollum, este es un equipo que está supuesto a clasificar y sería el más peligroso si reciben la oportunidad de jugar para buscar su clasificación.
Portland recibió la inyección de Carmelo Anthony esta temporada, han recibido grandes contribuciones del centro Hassan Whiteside y podrían recibir a Jusuf Nurkic de vuelta, otro hombre grande que perdió los primeros meses de la temporada por una lesión.
En el caso de los Pelicans, la franquicia ha preparado un roster de jugadores para el futuro y sería una experiencia única para sus jóvenes estelares jugar en la postemporada.
Zion Williamson, Brandon Ingram, Lonzo Ball y Josh Hart, junto a los veteranos Jrue Holiday, JJ Redick y Derrick Favors, conforman un núcleo que, además de ser una atracción de taquilla importante, podrían convertir a los Pelicans en una franquicia fija en los playoffs por la próxima década.
Los Kings de Sacramento habían sido una decepción hasta el momento de detener la temporada. Se pensaba que un año más de experiencia para De’Aaron Fox, Buddy Hield, Bogdan Bogdanovic y Marvin Bagley elevaría al equipo a un mejor nivel.
Lesiones constantes de Bagley lo sacaron de la rotación, mientras que Hield fue llevado a la banca por el dirigente Luke Walton en busca de una mejor producción de la reserva. Los Kings están en la pelea, pero no lucen como un equipo con mucho que ofrecer este año.
En el caso de San Antonio, un equipo dirigido por Greg Popovich que cuenta con jugadores establecidos en la NBA como Demar DeRozan y LaMarcus Aldridge se espera que al menos pueda clasificar.
Los Spurs podrían pelear por un puesto en los playoffs y molestar a alguno de los equipos que competirán por la corona, pero una eliminación en la serie regular podría significar el fin para la dinastía de Popovich en San Antonio.