EFE, MADRID.- El fabricante aeronáutico Boeing perdió 3.004 millones de dólares (2.562 millones de euros) en la primera mitad del 2020, lo que supone casi cuadruplicar (un 278 % más) las pérdidas de un año antes, afectado por la crisis del COVID-19 y la paralización de los aviones 737 MAX.
Su presidente y consejero delegado, Dave Calhoun, ha explicado al presentar los resultados que la compañía está “tomando medidas proactivas para lidiar con el impacto comercial sin precedentes de la pandemia”, entre ellas “ajustar la producción comercial” y “reducir los niveles de empleo”.
Pese al abultado incremento de las pérdidas en el semestre, sólo en el segundo trimestre la compañía perdió 2.395 millones de dólares (2.039 millones de euros), un 18,6 % menos que en el mismo periodo del año anterior. Sus ingresos, sin embargo, descendieron el 25 %, hasta 11.807 millones de dólares (10.054 millones de euros).
Volviendo al primer semestre, la empresa acumuló unas pérdidas puramente operativas de 4.317 millones de dólares (3.676 millones de euros), cuatro veces más que los 1.030 millones de dólares (877 millones de euros) perdidos un año antes.
“Estamos trabajando en estrecha colaboración con nuestros clientes, proveedores y socios globales para gestionar los desafíos de nuestra industria, tender un puente hacia la recuperación y reconstruir para ser más fuertes” a la salida de la crisis, ha apuntado Calhoun en un comunicado.
Siguiendo las indicaciones de los reguladores mundiales, Boeing está avanzando en el regreso seguro al servicio del 737, incluida la finalización de las pruebas de vuelo de certificación de la Administración Federal de Aviación (FAA, en inglés).
El 737 Max fue penalizado en marzo de 2019 tras dos accidentes mortales, en Indonesia y Etiopía, que causaron la muerte de 346 personas, lo que provocó enormes costes para Boeing y llevó a la destitución de su responsable ejecutivo, dejando en entredicho la solvencia de la compañía.
Boeing confía en que la diversidad de su cartera equilibrada y su actividad en servicios gubernamentales, defensa y programas espaciales le proporcionan una “estabilidad crítica a corto plazo”, a medida que toma medidas “difíciles pero necesarias” para adaptarse a las nuevas realidades del mercado.