Artículos

¿Lavadas de manos al estilo Poncio Pilatos con un Procurador “independiente”?

8b37b01b 5523 4a8a 8528 a512b0bfb218 e1574276781782
8b37b01b 5523 4a8a 8528 a512b0bfb218 e1574276781782

Por: Valentín Medrano Peña.

Muchos intereses han estado propugnando por la designación de un Procurador General de la República “independiente”, lo que de instaurarse contrariaría la Constitución de la República que para aterrizar en semejante imposible requeriría una inmediata modificación.

Entre los artículos que deben ser modificados en la Constitución está el 169, el 170 y siguientes, lo que conllevaría hacer una transformación completa de la ley 133-11 orgánica del Ministerio Público. Y dependiendo del sistema de escogencia que se piense, se podría modificar las atribuciones constitucionales del Consejo Nacional de la Magistratura o establecer un nuevo órgano o vía de selección del llamado independiente. Fundar todo un proceso.

Los que plantean ese mamotreto hasta tienen nombres de personas presuntamente independientes, pero que a diferencia de millones de dominicanos, dicha independencia ha sido coronada con algunos decretos presidenciales para favorecerles o auparles o con ascensos, dotación de seguridad ampliada y cientos de favores políticos. En países como los nuestros no se asciende en la administración de los poderes del Estado sin un buen padrino, y quien no lo tiene muere hereje.

Los independientes no existen, podrán haber personas que no militen en los partidos políticos, quienes no abracen alguna ideología o quienes siquiera ejerzan el derecho-deber al voto, pero no existen los independientes.

De hecho, una de las luchas más persistentes en países como el nuestro es la de procurar la separación de los poderes públicos, propiciando un estadio donde los jueces no legislen, los legisladores no ejecuten y los ejecutivos no juzguen en un esfuerzo infructuoso. Sin embargo el principio rector de la labor judicial que es el de “independencia” es un valor en espera y una aspiración pendiente de nuestro pueblo, que ha sido testigo de excepción del maniqueísmo al Poder Judicial por parte del Ejecutivo. Es decir que a casi doscientos años de la fundación de la nación no hemos logrado que el Poder del estado llamado a ser independiente por mandato constitucional lo sea, menos lograremos que el Procurador General al que la Constitución no le exige independencia lo pueda ser.

Vale decir que muy pocas naciones, menos de un tres por cientos, escogen a sus Procuradores o su símil de forma diferenciada a la nuestra. Y en nada puede decirse que los que así lo hacen y tienen un presunto Procurador independiente presentan alguna ventaja respecto a los Estados que no, muy por el contrario.

El nuevo gobierno que se inaugura en agosto próximo, tiene en su agenda la instauración de acciones investigativas y persecutorias contra los actos de corrupción del gobierno al que suceden y los que nazcan de su administración, si los hubiere, y para ello ha hecho un compromiso con la sociedad que los eligió, de investigar, acusar y lograr sancionar esos hechos, pero si pone en manos de un presunto “independiente” la obligación manada del compromiso inserto en el programa de gobierno y promesas de campaña de los nuevos incumbentes del ejecutivo, esto resultaría en una excusa, en un lavarse las manos, como Pilatos, respecto de su obligación de llevar a efecto su agenda de investigación y persecución de los actos de corrupción. Que es un compromiso del nuevo gobierno y no de ningún grupo o asociación de independientes por los que el pueblo no votó.

Se supone que entre los sentimientos que anidan a los nuevos paladines de la justicia, a quienes el soberano dio su respaldo en las ánforas de votaciones, está en el grado más elevado, el de hacer que paguen los culpables, entonces ¿Porqué hacer pasar esa copa amarga de su frente?, ¿Porqué eludir su obligación?, ¿Porqué privatizar esa sensible área de la justicia?, ¿Porqué empezar mostrándose auto desconfianza?, ¿O es que acaso dentro de las filas del partido que asciende al poder no se tienen las suficientes sapiencias, enterezas y honradez entre sus abogados?, ¿Decreen de su propio compromiso para dar la justicia prometida?, ¿Deben venir desde fuera a encausar a los villanos porque no hay la capacidad de gestionar eso a lo interno?

De estas interrogantes surgen miles de otras con las que no pretendo agobiarles. Pero los que le exigen eso al PRM y los que lo apoyan desde dentro del partido por el que la mayoría votó, no creen en sus hombres-abogados. Yo si. Conozco a muchos de mis colegas perremeistas y sé que tienen talentos de sobras, aptitud y honradez y capacidades como para repartir a buena parte de la humanidad. Pero parece que hoy, una vez más, ser militante político es algo de que avergonzarse, y en este caso una condición que atrae la duda sobre sus posibles acciones. ¡Es lindo!, luego podremos pedir un presidente independiente, pero ¿De qué?.

El PRM no tendrá control del Procurador independiente, tampoco responsabilidad de lo que haga o deje de hacer, la excusa perfecta si fracasa la promesa de justicia por la que ha esperado el pueblo dominicano por décadas.

Mi gran temor siquiera es ese. Temo mucho a alguien que se entienda con la suerte de casarse con gloria y jugar a crear su propia historia, y quiera meter a este país en un problema institucional trancando a un Presiente. Lo que con el auge de las redes sociales, que han modificado todo, apoyando al que la sola escogencia convertiría en un “héroe antipoder” y el populismo rampante de estos días, podríamos despertar ante la peor crisis política de todo el devenir histórico de esta atribulada nación.

Señores perremeistas, el compromiso de enjuiciar corruptos y adecentar la justicia es suyo y de nadie más, no pasen la antorcha, que aunque podría ser popular por unos días, es aún más una forma de evadir su obligación y nada más. Una inaceptable pilatada en la era de la ciencia, que al final pasará una indeseable factura. Ustedes ganaron unas elecciones, no una guerra revolucionaria y por ende solo deben refundar la historia con acciones propias y correctas, sin imposiciones ni modificaciones constitucionales a la carta

Sobre el Autor

Agencias De Noticias

1 Comentario

Clic para comentar
  • El Procurador General Independiente
    @CandidoSimon

    1. El Procurador General de la República es un funcionario de libre nombramiento y remoción, facultad exclusiva del Presidente, no tiene que ser necesariamente de carrera.

    2. Estimo que la promesa de campaña del ahora Presidente Electo, de nombrar un Procurador Independiente se refirió claramente a que este funcionario no sería de las filas partidarias, suyas ni de nadie.

    3. Ser independiente es una decisión, personal, la militancia partidaria no es necesariamente pecaminosa, hay gente honesta en todas las filas.

    4. Pero (sic) el Presidente Electo comenzaría mal, muy mal, si habiendo prometido hace unos días un Procurador General de la República “No Partidista” ahora se destapara rompiendo su palabra, lo que no haría.

    5. P.d. La Justicia “Independiente” la administran los jueces, no depende solo del Procurador. ¡He Dicho!

TRA Digital

GRATIS
VER