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Bolivia: el país elige al primer presidente tras la renuncia de Evo Morales

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Tras un año en que se celebraron las últimas elecciones, este domingo los bolivianos volvieron a las urnas para intentar, de nuevo, decidir quién será el primer presidente electo después de la salida de Morales.

Se acercaba la medianoche del 20 de octubre de 2019, la fecha en que se realizaron las últimas elecciones nacionales de Bolivia, y ese país todavía no sabía si Evo Morales se mantendría en la presidencia.

363 días después de aquella controversial elección anulada, este domingo los bolivianos volvieron a las urnas para intentar, de nuevo, decidir quién será el primer presidente electo después de los casi 14 años de gobierno del expresidente cocalero y tras el controversial interinato de Jeanine Áñez.

Morales dimitió el 10 de noviembre pasado en medio de una masiva movilización social que, sumada al motín de gran parte de los policías bolivianos y el pedido de renuncia emitido por las Fuerzas Armadas. lo acabó sacando del poder, publicó BBC Mundo.

Y tras casi un año marcado por la pandemia del coronavirus, los comicios de este domingo llegaron con el partido fundado por Morales, el Movimiento al Socialismo (MAS), como favorito en todas las encuestas, con el candidato Luis Arce Catacora.

Quien fuera ministro de Economía y Finanzas de Morales durante casi todo su mandato (salvo dos años por un cáncer) lidera las encuestas pero en una situación muy diferente al tiempo en el que se daba por segura una victoria del MAS con más del 60% de los votos.

Los estudios de opinión en Bolivia posicionan a Carlos Mesa en el segundo lugar, expresidente y periodista que desde 2019 se convirtió en el mayor contrincante del MAS.

Y en tercer lugar llega, de acuerdo a los sondeos, Luis Fernando Camacho, señalado como el «Bolsonaro boliviano» y uno de los líderes de la revuelta que aportó a la caída de Morales.

Qué pasó en el año

Evo renunció a la presidencia 21 días después de los comicios del año pasado tras una ola de protestas callejeras que denunciaban fraude electoral.

Una auditoría realizada por la Organización de Estados Americanos (OEA) señaló que se produjeron irregularidades en la votación y que los resultados no eran confiables.

El informe de la OEA, sin embargo, no indicó de manera literal que se produjo un fraude y fue cuestionado por diferentes entidades académicas y políticas a lo largo de este año. Sin embargo, sigue siendo uno de los principales argumentos de los detractores de Morales para acusarlo de que hizo trampa electoral en 2019.

Además, una misión de observadores de la Unión Europea llegó a sugerir que se realizara una segunda vuelta. Ambos hechos multiplicaron la susceptibilidad y crisis política en ese momento.

El 10 de noviembre, horas después de que se conocieron los resultados preliminares de esa auditoría, Morales renunció a la presidencia denunciando que fue víctima de un golpe de Estado.

Dos días después, Jeanine Áñez asumía la presidencia debido a la vacancia anunciada por el exmandatario, el exvicepresidente, la expresidenta del Senado, Adriana Salvatierra, y el primer vicepresidente de esa Cámara Alta.

Su asunción fue avalada por el Tribunal Constitucional boliviano,

Así fue como empezó el interinato de la actual jefa de Estado. Menos de 48 horas después de saludar desde el Palacio de Gobierno, ella le garantizó a BBC Mundo que su objetivo principal era llamar a nuevas elecciones y no postular en ellas.

Sin embargo, en enero de este año, tomó una decisión contraria y se lanzó como candidata presidencial. En un momento en el que las encuestas le daban altos márgenes de aprobación.

Áñez terminó renunciando a su postulación a finales de septiembre, argumentando que lo hacía «para que no vuelva Evo» y cuando se conocía su bajo rendimiento en las encuestas.

Similar decisión tomaron otros dos partidos políticos que retiraron sus candidaturas a menos de dos semanas de las elecciones.

Durante el gobierno transitorio se dispusieron medidas que iban más allá de la reinstalación de un mandato electo. Por ejemplo, se cambió a gran parte del servicio diplomático y se rompieron relaciones con países como Cuba y Venezuela.

Y el cambio de autoridades fue constante y no libre de escándalos de corrupción.

El debate sin fin

Desde lo sucedido en 2019 está instalada en Bolivia la controversia sobre qué pasó hace un año: fraude electoral o una conspiración golpista.

Y la polarización, que llegó a niveles muy altos en los días posteriores a la dimisión, se mantiene presente.

Mucho más tras las imágenes de un Morales, visiblemente cansado, dentro de un avión mexicano para iniciar su nueva vida que empezó en Ciudad de México y que ahora continúa en Argentina, tras una corta parada en Cuba.

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