EFE, TOKIO.- Tokio fue sede este domingo de un torneo internacional amistoso de gimnasia rítmica muy sui géneris porque los grupos estaban integrados por atletas con nacionalidades mezcladas y que, en el fondo, sirvió como test para probar medidas a fin de evitar el contagio de covid-19 en una competencia deportiva.
La Competición de Amistad y Solidaridad se disputó en gimnasio nacional de Yoyogi y fue la primera prueba deportiva internacional que se celebra en Japón desde que el país comenzó a cerrar sus fronteras en abril pasado por la expansión de la pandemia de coronavirus.
Y para resaltar el carácter amistoso, la competencia fue entre dos grupos, uno azul (Amistad) y otro rojo (Solidaridad), con deportistas de Rusia, China, Japón y Estados Unidos que estaban mezclados entre ellos.
“Esta competición llega en un momento perfecto”, dijo en un mensaje grabado, al inicio del torneo, el presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach.
Es importante para el mundo entero, añadió, porque permite irse preparando para futuros eventos “y por supuesto los JJ.OO. en Tokio que fueron aplazados”.
En su mensaje, Bach agradeció a los atletas participantes por demostrar que tanto en los deportes como en la vida diaria “somos más fuertes unidos”.
En el torneo participaron treinta deportistas, mujeres y hombres, separados en dos equipos de quince. Había ocho de Rusia, ocho de China, ocho de Japón y seis de Estados Unidos.
Los retos comenzaron mucho antes de que salieran a la pista los atletas, porque ya desde semanas antes tuvieron que hacerse tres test PCR para confirmar que no estuvieran contagiados de coronavirus, el último 72 horas antes de volar hacia Tokio.
Además, todos se alojaron en un mismo hotel, con los movimientos restringidos dentro de ese alojamiento, y únicamente pudieron desplazarse al gimnasio donde se llevó a cabo el campeonato, sin posibilidad de pasear por la capital nipona.
“Sé que son tiempos duros para todos (…), pero es muy importante para los JJ.OO. del año próximo que todos los atletas podamos seguir nuestros sueños”, dijo en un breve mensaje previo en la pista la estrella de la gimnasia nipona, Kohei Uchimura.
Ganaron los rojos (Solidaridad), con 423,6 puntos, 2,3 más que los azules (Amistad).
Entre los vencedores estaban el ruso Nikita Nagornyy, que en las seis pruebas en las que participó superó los 14 puntos, con un puntaje de 14,7 tanto en la de anillas como en la de barras paralelas.
En los rojos también estaba incluida la estadounidense Shilese Jones, que logró 14,8 puntos en su prueba de salto de potro.
Uchimura, el más seguido por los cerca de 2.000 espectadores, estaba también en el equipo rojo, y obtuvo 15,2 puntos en la prueba de barra fija, el puntaje más alto del torneo.
Los azules tenían, entre otros, a la rusa Angelina Melnikova, que logró un puntaje de 14,7 en salto y 14,5 en barras asimétricas, y al chino Zhang Boheng, que consiguió 14,7 puntos en anillas.
Hubo medallas para todos, ganadores y perdedores, que fueron entregadas por cada atleta a cada rival de su equipo, mezclando sexos y nacionalidades, todos cubiertos con mascarillas, unos saludando con la mano y otros con un toque de puño.
En un mensaje en nombre de todos ellos, la japonesa Asuka Teramoto agradeció a todos los visitantes la paciencia demostrada para poder participar y haber soportado la restricción en sus desplazamientos, y confío en que todos ellos puedan regresar “a salvo” a su país.
Aunque el gimnasio tiene capacidad para 13.000 espectadores, sólo se permitió la entrada de 2.000, que se ubicaron con asientos vacíos a sus lados, todos cubriéndose con mascarillas.
Los periodistas que cubrieron el evento tuvieron que presentar una hoja firmada con la temperatura corporal tomada en las dos semanas previas y anotando si habían tenido algún síntoma de covid-19.
Y al llegar al gimnasio, de nuevo se revisó su temperatura y una máquina les roció con vapor desinfectante.
La idea era poner a prueba este protocolo de seguridad sanitaria para poder utilizarlo para los JJ.OO. que comenzarán el 23 de julio de 2021, con un año de retraso por los problemas que desató la expansión de la pandemia de coronavirus.