EFE, GUATEMALA. – Más de 5.000 personas siguen en albergues estatales en Guatemala debido a los daños causados durante noviembre por los huracanes Eta y Iota en el norte del país, según confirmaron este lunes las autoridades.
La Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) detalló a periodistas que 5.217 personas se encuentran en 106 albergues estatales desde noviembre, pero según sus cálculos otras 128.000 personas dejaron sus viviendas por daños y estarían en albergues no oficiales.
La mayoría de las personas desplazadas de sus hogares por los daños de Eta y Iota se encuentran en los departamentos de Alta Verapaz, Petén e Izabal, los tres localizados en el norte.
El departamento más afectado es Alta Verapaz, donde 3.189 personas se encuentran hospedadas en 57 albergues, de acuerdo a la Conred. En Petén e Izabal la cifra de personas albergadas asciende a 585 y 839, respectivamente.
Las autoridades de protección civil también cuentan con albergues funcionando en los departamentos de Quiché, Chiquimula, Zacapa y Huehuetenango, aunque en menor cantidad.
Los huracanes Eta y Iota azotaron Centroamérica durante las primeras dos semanas de noviembre, provocando lluvias e inundaciones que dejaron 61 fallecidos y 99 personas desaparecidas en Guatemala, la mayoría de ellas en un poblado del departamento de Alta Verapaz donde alrededor de 150 viviendas quedaron soterradas.
Eta y Iota afectaron en Guatemala a 2,4 millones de personas, incluidas 311.000 evacuadas, principalmente en Alta Verapaz e Izabal, donde hay poblados aún bajo el agua, de acuerdo a la última actualización de datos al respecto de la Conred.
Los dos fenómenos meteorológicos dañaron al menos 86.000 viviendas, 26 carreteras, 435 escuelas y 51 puentes, además de generar pérdidas millonarias por la destrucción de cultivos en los municipios antes mencionados.
El pasado 11 de diciembre, la organización no gubernamental global Plan International advirtió desde Panamá que las niñas de Honduras, Guatemala y Nicaragua que están temporalmente en albergues tras la destrucción causada por Eta y Iota corren el riesgo de ser discriminadas, explotadas o abusadas sexualmente.