En la misma publicación, el canciller sostuvo que “la inclusión de entidades en sus listas pretende reforzar un cerco económico que no ha podido destruir la Revolución Cubana en 62 años”.
La nueva sanción fue revelada en un comunicado por el secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, y se enmarca en una escalada de la presión a la isla antes de que el presidente saliente estadounidense, Donald Trump, ceda el poder el 20 de enero al mandatario electo, del demócrata Joe Biden.
Además, como ha ocurrido con las sanciones más recientes, el anuncio se realiza en una fecha señalada para el calendario político cubano, en este caso el aniversario 62 del triunfo de la revolución liderada por Fidel Castro.
La medida se hará efectiva “a principios de enero”, una vez que el Departamento de Estado publique en su web la versión actualizada de la Lista Restringida de Cuba, explicó Pompeo, sin especificar una fecha concreta.
El Gobierno de Trump ha intentado elevar al máximo la presión al poderoso conglomerado militar Gaesa, que gestiona las joyas económicas de Cuba, como el turismo, el comercio y el petróleo, y también el BFI desde 2016.
Según Pompeo, desde entonces Gaesa “usa el papel clave del BFI en el sistema cambiario para proporcionar acceso preferente a los militares y las compañías estatales, asegurarse tasas de cambio ventajosas y financiar proyectos controlados por el Gobierno que enriquecen al régimen”.
Las sanciones que Trump ha impuesto durante sus cuatro años en el poder sobre sectores estratégicos de Cuba han deteriorado la ya maltrecha economía cubana, que atraviesa su peor crisis en tres décadas.
En las menos de tres semanas que les quedan en el poder, Trump y Pompeo evalúan propinar un último revés a Cuba y devolverla a la lista de Estados patrocinadores del terrorismo, de la que la isla salió en 2015 durante el deshielo con el anterior Gobierno de Barack Obama.
La Habana ya ha dado la señal de alerta ante esta posibilidad, que ayer jueves el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, calificó de “maniobra unilateral, absurda, hipócrita e injusta”, para a continuación acusar al Gobierno estadounidense de acoger “a grupos terroristas que actúan contra Cuba”.
Las manifestaciones de Díaz-Canel hacen referencia a los diversos ataques (desde secuestro de aeronaves hasta planes de asesinato a dirigentes) reivindicados por grupos anticastristas en las últimas seis décadas, principalmente durante la Guerra Fría.