La toma de posesión de Joe Biden como 46º presidente de Estados Unidos parece haber estado destinada a ser atípica.
Desde hace tiempo ya se sabía que los planes para este acto, previsto para el 20 de enero, tendrían que ser distintos para incorporar los protocolos sanitarios exigidos por la lucha contra el covid-19.
Pero a esa previsión se le han sumado tres circunstancias adicionales:
- La pandemia registra su momento más severo en Estados Unidos, con cifras récord de nuevos contagios confirmados y muertes.
- La crisis política desatada tras el asalto al Capitolio realizado el 6 de enero por partidarios del presidente Donald Trump, quien ahora debe enfrentar un juicio político por esos hechos y aún se niega a reconocer los resultados de las elecciones presidenciales del 3 de noviembre.
- La alerta de los cuerpos de seguridad ante la potencial amenaza de que se produzcan protestas o actos de violencia no solamente en Washington DC sino también en los capitolios de los estados.
La transferencia de mando ha sido considerada tradicionalmente en Estados Unidos como una fiesta democrática, con una asistencia multitudinaria. Esta vez las cosas serán diferentes publicó BBC Mundo.
El único requisito de la ceremonia es que el mandatario electo recite el juramento presidencial: «Juro solemnemente que ejerceré fielmente el cargo de presidente de Estados Unidos y que, hasta el límite de mis capacidades, preservaré, protegeré y defenderé la Constitución de Estados Unidos».
Una vez que pronuncie estas palabras, Biden ocupará su lugar como presidente número 46 y la toma de posesión estará completa (pero eso no es todo, luego siguen las celebraciones).
Kamala Harris se convertirá en vicepresidenta una vez que preste juramento en el cargo, lo que generalmente ocurre justo antes de que el presidente tome posesión.
¿Cuándo ocurrirá la ceremonia?
Por ley, el día de la toma de posesión es el 20 de enero.
Este año, los discursos de apertura generalmente están programados para alrededor de las 11:30 hora local (16:30 GMT), y Joe Biden y Kamala Harris tomarán posesión al mediodía.
Más tarde ese día, Biden se mudará a la Casa Blanca, donde residirá durante los próximos cuatro años.
La toma de posesión no siempre ocurrió en enero. Inicialmente, la Constitución establecía el 4 de marzo como el día para que los nuevos líderes presten juramento.
Seleccionar una fecha a cuatro meses de las elecciones generales de noviembre tenía sentido en ese momento dado el tiempo que tardaban los votos de todo el país en llegar a la capital.
Con el tiempo, a medida que los avances modernos facilitaron el recuento y el informe de los votos, se modificó este largo plazo.
La 20ª Enmienda, ratificada en 1933, estableció que el nuevo presidente tomaría posesión el 20 de enero.
¿Cómo será el dispositivo de seguridad?
Por lo general, las tomas de posesión presidenciales requieren grandes despliegues de seguridad.
Esa exigencia se hace más importante ahora, después de que una turba de seguidores de Trump irrumpieron en el Capitolio el 6 de enero.
El Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) advirtió sobre protestas armadas en los capitolios de los estados y en Washington DC en los días previos a la ceremonia, lo que llevó a los funcionarios a aumentar la seguridad y cerrar grandes sectores de la ciudad.
En una evaluación conjunta realizada por esa agencia y por el Departamento de Seguridad Nacional se justifica el aumento de medidas para evitar ataques de terroristas internos, quienes «suponen la amenaza más probable» a la toma de posesión.