EFE, Washington.- El legislador y exmédico de la Casa Blanca Ronny Jackson, que atendió a los expresidentes Barack Obama y Donald Trump, se insinuó a una de sus subordinadas e hizo comentarios sexuales sobre sus trabajadoras, consumió alcohol e intimidó a su equipo mientras estuvo en el puesto, según un informe de la Oficina del Inspector General del Pentágono, publicado este miércoles.
La investigación sobre el comportamiento de este contraalmirante retirado de dos estrellas de la Armada de EE.UU. comenzó en mayo de 2018, después de que el Departamento de Defensa recibiera doce quejas sobre su incapacidad de promover y mantener «un ambiente sano» en la Unidad Médica de la Casa Blanca, su fracaso a la hora de tratar a sus trabajadores con respeto y dignidad y su consumo de alcohol, entre otros.
Durante un viaje presidencial a Manila entre el 22 y el 29 de abril de 2014, durante el mandato de Obama (2009-2017), Jackson se emborrachó y tuvo un comportamiento inapropiado, de acuerdo a cuatro testigos que estuvieron en esa visita.
Uno de los entrevistados por la Oficina del Inspector General indicó que, poco después de llegar a la capital de Filipinas, el médico empezó a beber en el vestíbulo del hotel y luego se montó en un vehículo con una bebida en la mano para «salir por la ciudad».
Otro de los testigos destacó que pudo apreciar el aliento a alcohol de Jackson a su vuelta, mientras que otra persona explicó que vio cómo el contraalmirante golpeaba la puerta de la habitación de una de sus subordinadas y cuando ella abrió la puerta, le dijo palabras como «te necesito» y «necesito que vengas a mi habitación».
Durante ese viaje, Jackson hizo comentarios a otra persona sobre los pechos y nalgas de una subordinada de su equipo médico.
Asimismo, los investigadores recibieron alegaciones sobre su temperamento explosivo durante todo el tiempo que fue el principal médico de la Casa Blanca: «La abrumadora mayoría de los testigos (56)… que trabajaron con Jackson desde 2012 hasta 2018 nos dijeron que experimentaron, lo vieron u oyeron personalmente gritar, maldecir o denigrar a sus subordinados».
Los entrevistados por la Oficina del Inspector General describieron al contralmirante retirado como un «tirano», «dictador», «maniático controlador», «jefe deleznable» y «en absoluto un líder», entre otros.
Además, al menos seis testigos, todos ellos parte del personal médico de la Casa Blanca, afirmaron que el investigado tomaba ambien, un medicamento que necesita receta para tratar el insomnio, durante los viajes largos en los que estaba de servicio.
Esas fuentes manifestaron su preocupación por el hecho de que ese fármaco puede causar somnolencia y puede coartar la rapidez mental, aunque en su informe la Oficina del Inspector General indica que no hay ninguna restricción explícita sobre el uso de ambien para viajes largos.
En total, los investigadores entrevistaron a 60 testigos y solo 13 ofrecieron un testimonio positivo sobre Jackson, mientras que 38 hablaron de su comportamiento poco profesional, de su intimidación y de sus faltas de respeto hacia su equipo.
Jackson comenzó a trabajar en la Casa Blanca como médico a mediados de la década de 2000 y fue ascendido como principal facultativo del presidente en 2013 bajo el mandato de Obama.
Durante la Presidencia de Trump (2017-2021), el mandatario lo nominó en abril de 2018 para liderar el Departamento de Asuntos de los Veteranos, aunque finalmente Jackson se retiró por las sospechas que ya había sobre su comportamiento.
En noviembre pasado, el exmédico de la Casa Blanca fue elegido en las elecciones generales para representar el distrito 13 de Texas en la Cámara Baja