EFE, PUERTO PRINCIPE.- La dimisión del primer ministro de Haití, Joseph Jouthe, dejó este miércoles al presidente Jovenel Moise un poco más solo para hacer frente a una grave ola de violencia y a la crisis política que ha enfrentado al gobernante con numerosos sectores de la sociedad.
Jouthe anunció su dimisión de madrugada, sin explicar los motivos y de inmediato Moise nombró en su lugar, de forma interina, al hasta ahora canciller Claude Joseph.
El relevo en el Gobierno se produce a dos meses de la fecha propuesta por Moise para votar en referéndum una nueva Constitución, un proceso que despierta recelos en la comunidad internacional, y a cinco meses de las elecciones presidenciales y legislativas.
DIFERENCIAS ENTRE MOISE Y JOUTHE
En un mensaje de Twitter, la única comunicación oficial hecha en todo el día, Moise dejó patente las diferencias que mantenía con su primer ministro en materia de seguridad y política, en momentos que Haití atraviesa su crisis más grave en la última década.
“La dimisión del Gobierno, que he aceptado, permitirá abordar el flagrante problema de la inseguridad y proseguir las conversaciones para alcanzar el consenso necesario para la estabilidad política e institucional de nuestro país. El ministro Claude Joseph es nombrado primer ministro”, escribió Moise en la red social.
Jouthe, nombrado primer ministro en marzo de 2020, ha sido uno de los principales apoyos de Moise en los momentos más agudos de la crisis política, en especial cuando el pasado 7 de febrero el Gobierno denunció que la oposición tramaba un golpe de Estado.
UNA GRAVE CRISIS DE SEGURIDAD
Pero la creciente ola de violencia que azota Haití ha ido desgastando a Jouthe desde entonces.
El mes pasado, se rumoreó que pidió la dimisión tras un fiasco en una operación policial contra una banda armada, que se saldó con cuatro agentes muertos, ocho heridos y varios vehículos blindados arrebatados por los bandidos.
Un nuevo capítulo en la crisis de seguridad ha precipitado su renuncia, el secuestro de doce religiosos el pasado fin de semana, entre ellos dos ciudadanos franceses.
El propio Jouthe se refirió al caso este lunes y admitió que no estaba satisfecho por la actuación del Gobierno y de la Policía en el combate a las bandas armadas que dominan numerosas barriadas y que, a diario, secuestran todo tipo de personas a cambio de un rescate.
Comparando el secuestro de los religiosos a un “terremoto”, como el que destruyó gran parte de Puerto Príncipe en 2010, el ahora ex primer ministro dijo: “Son los cimientos del país… los cimientos de la sociedad haitiana los que se están derrumbando”.
LA OPOSICIÓN FIRME
La renuncia de Jouthe fue acogida con frialdad por parte de la oposición que, basándose en una interpretación de la Constitución, alega que el mandato de Moise caducó el 7 de febrero pasado, por lo que desde entonces no reconocen su autoridad.
El dirigente opositor André Michel, del Sector Democrático y Popular, dijo que “nada ha cambiado” con la salida de Jouthe, por lo que no aceptan “negociación, cohabitación, referéndum ni elecciones” con Moise en el poder.
Además de los principales partidos de la oposición, no reconocen la legitimidad de Moise las iglesias Católica y evangélicas, los sindicatos, el colegio de abogados o los gremios de jueces, entre otros actores sociales.
APOYO DE ESTADOS UNIDOS
Sin embargo, Estados Unidos ofreció este miércoles su apoyo expreso al nuevo primer ministro, de cara a la organización de las elecciones presidenciales y legislativas.
“Estados Unidos espera continuar la cooperación con el primer ministro interino @claudejoseph03, y trabajar con el Gobierno de Haití y todos los actores haitianos y socios internacionales para organizar elecciones legislativas y presidenciales justas y libres en 2021”, dijo la subsecretaria adjunta de la Oficina de Asuntos para el Hemisferio Occidental del Departamento de Estado de EE.UU., Julie Chung, en Twitter.
Sin embargo, la funcionaria estadounidense no hizo mención al referéndum constitucional que trata de impulsar Moise, quien culpa a la actual carta magna por la inestabilidad crónica que vive el país.
La oposición se niega a participar en la redacción de esta Constitución, lo que ha generado recelos por parte de la comunidad internacional.
La última en sumarse a las críticas fue la oficina de la ONU en Haití, que advirtió este martes que el proceso de consultas en torno del borrador de la nueva Constitución no es “lo suficientemente inclusivo, participativo o transparente”.