El actor, modelo y productor colombiano Fabián Ríos quedó encantado de trabajar en República Dominicana, y como cosa lógica, quiere repetir.
“Me gustaría traer historias extranjeras y hacer una fusión con el talento dominicano; es un a forma de devolver los favores tan bonitos que me han hecho”, dijo el intérprete, quien forma parte del reparto de “No es lo que parece”, película de factura local que se estrenará este jueves en salas comerciales del país.
Nacido en Santander, Colombia, hace 40 años, Ríos, hace el papel del señor Grimaldi, en esta comedia que dirige David Maler y que protagonizan Frank Perozo y Nashla Bogaert.
Aunque no tiene fechas, sí tiene el deseo de seguir este movimiento de figuras de países como Colombia, en su caso, o Puerto Rico, que ha venido a crear Caribbean Films, productora de la película. Por esto entiende que en el set de rodaje se pueden unir él, Perozo, y otros dominicanos, o el puertorriqueño Jaime Mayol (quien también se encuentra en Santo Domingo)con diferentes jergas al hablar, pero que al final son lo mismo.
Algo que valora de esta cinta, es el hecho de que es una que puede ver con sus hijos sin tener que taparle los ojos en las escenas fuertes. “A veces obligamos a nuestros hijos a ver narconovelas, y no nos damos cuenta de que estamos pervirtiéndolos; esta es para toda la familia”, explicó el actor.
Galán de telenovelas y series internacionales como “Sin senos no hay paraíso” o “Tierra de reyes”, Rios, entiende que aunque tenga la ventaja de ser un tipo buen mozo, esto le ha traído problemas con sus compañeros de trabajo en pasadas producciones. “Porque Dios me hizo de una manera para desenmascarar la mentira”, comenta, ya que con su forma choca con la arrogancia de algunos de sus colegas, que le han reprochado que se muestre como una persona normal, con defectos como cualquier otro.
Un detalle que puede romper con el aura del actor inalcanzable, y que Ríos trata de no mostrar, según recuerda, por un consejo que le dio su madre, cuando él aún era un adolescente de 13 o 14 años.
Según explica, a esa edad su progenitora lo impulsó a leer, libros de Gabriel García Márquez, invitándolo a que se formara culturalmente, y que estuviera consciente de que la belleza no dura para siempre, pero lo que aprende y cómo se comporte, sí. “No soy de cartón, soy humano”, comentó, y que desde entonces siempre intenta recordar de dónde viene y hacia dónde va.