Berlín, EFE.- La canciller alemana, Angela Merkel, abogó hoy ante el primer ministro chino, Li Keqiang, por una ‘cooperación transparente’ y un ‘reconocimiento mutuo’ de las vacunas contra la covid-19, y recordó que la batalla contra la pandemia implica ‘trabajar juntos’.
‘Solo podemos combatir la pandemia si trabajamos juntos’, indicó la canciller, en su declaración de apertura de las consultas bilaterales, en formato virtual y centradas en los lazos comerciales, el cambio climático y la covid.
Alemania y China pueden desempeñar ahí ‘un importante papel’, siempre que se logre una cooperación ‘abierta y transparente’, incluido el reconocimiento recíproco de los fármacos desarrollados contra el coronavirus.
Este reconocimiento debe materializarse ‘a través de la Organización Mundial de la Salud’ (OMS), añadió, y en base a los estándares de ésta.
El encuentro, que formalmente se abrió con la declaración de Merkel, incluye una reunión conjunta de ambos Ejecutivos, según avanzaron el lunes fuentes del Gobierno alemán.
Los temas formales de la agenda son cooperación bilateral, relaciones comerciales y económicas, cambio climático y lucha contra la covid.
Pero por encima de esas cuestiones planean también las tensiones derivadas de sus posiciones opuestas, especialmente en materia de Derechos Humanos, la represión del movimiento prodemocracia en Hong-Kong y las denuncias de ONG por las actuaciones contra la minoría étnica uigur.
Además de la cita bilateral entre ambos jefes de Gobierno y el encuentro conjunto de ambos Ejecutivos, habrá también un encuentro con empresarios.
Merkel y el presidente chino, Xi Jinping, mantuvieron a principios de abril una conversación telefónica en la que expresaron su intención de seguir profundizando sus relaciones bilaterales pese a las recientes tensiones.
Ambos líderes apostaron entonces por el pragmatismo y Merkel abogó por mantener el diálogo abierto, especialmente en aquellos temas en los que hay ‘diferencias de opinión’.
La UE sancionó el 22 de marzo a cuatro funcionarios y a una entidad china por las violaciones de los derechos humanos en Xinjiang, donde algunos informes estiman que hasta un millón de uigures están encerrados en campos de reeducación.
Estas sanciones, que siguieron a una decisión similar de Estados Unidos, son las primeras de la UE a China desde la masacre de la plaza de Tiananmen en 1989.
Pekín respondió a su vez sancionando a diez europeos, la mitad de ellos eurodiputados, y cuatro entidades, a la vez que convocó al embajador de la UE en China, Nicolas Chapuis, para presentar una queja formal ante Bruselas.