La victoria del domingo del candidato de la derecha tradicional en Ecuador, Guillermo Lasso, es el primer revés electoral que ha sufrido el correísmo desde que Rafael Correa ganara las elecciones presidenciales de 2006.
Tras esa victoria, Correa gobernó al país durante una década, de 2007 al 2017, bajo la ideología del Socialismo del siglo XXI.
Hoy, a pesar de no haber conquistado la presidencia, el correísmo seguirá siendo un actor clave en el poder y la gobernabilidad del país, pues cuenta con la primera minoría en la Asamblea Legislativa.
BBC Mundo conversó con él sobre estos resultados y el papel que jugará el correísmo en el nuevo periodo presidencial que inicia el 24 de mayo.
Parte de la entrevista
Este domingo el representante de la derecha tradicional Guillermo Lasso le ganó al candidato que usted impulsaba, Andrés Arauz.Las urnas están demostrando que el correísmo está lejos del poder que tenía hace unos años. ¿Qué fue lo que pasó?
Yo tengo una condena a 8 años, aunque no lo crea, textualmente, por dirigir una organización criminal por medio de influjo psíquico dedicada a sobornos que nunca han existido, y Jorge Glass el (ex) vicepresidente está preso por tres años, un hombre honesto al que no le han descubierto medio centavo, por el caso de Odebrecht en el que ni siquiera acusaron a Odebrecht.
Los demás perseguidos por delitos políticos, instigación a la rebelión, desacato, están fuera del país, es decir, hemos estado en condiciones extremas.
Si yo hubiera estado en Ecuador, solo con ese hecho, le aseguro que ganábamos las elecciones, pero es muy difícil en esas condiciones pelear, más aún con estructuras. Hemos peleado contra todos los medios de comunicación, contra todo el Estado y contra todo el espectro político.
Así que los resultados son espectaculares, pero obviamente no era lo que deseábamos, lo que aspirábamos.