EFE.- El cantautor italiano Franco Battiato, fallecido ayer a los 76 años, fue despedido hoy con un funeral íntimo en su villa de Sicilia (sur) al que acudieron algunos amigos y parientes, mientras los homenajes siguen por todo el país.
Las exequias tuvieron lugar en su capilla particular, en la Villa en la que residía en la localidad de Milo, ante el volcán Etna, y fueron oficiadas por el padre Orazio Barbarino, que le recordó como un “sincero y honesto buscador espiritual”, según los medios.
Los asistentes fueron pocos, pues el funeral debía ser estrictamente privado: su hermano Michele, que le acompañó hasta el final de su vida, y su sobrina Grazia, pero también algunos músicos y artistas amigos, como Alice, Carmen Consoli y Luca Madonia.
A pesar de la privacidad, el aprecio de los vecinos de la zona por el autor de “Centro di gravità permanente” se percibía en las puertas de su residencia, donde algunos dejaron flores o velas.
El Ayuntamiento de Milo declaró una jornada de luto y pegó carteles en los que se podía leer: “Franco Battiato, hombre extraordinario e inmenso artista que en muchos modos y ocasiones demostró afecto por Milo tras elegirla para vivir y para inspirarse”.
El cuerpo del músico será incinerado por su propia voluntad y las cenizas se depositarán en Villa Grazia, la casa con el nombre de su madre, fallecida en 1994 y a la que estaba muy unido.
El féretro fue sacado de la villa a bordo de un coche funerario decorado en su interior con flores blancas y amarillas y en el exterior de su domicilio le esperaban cientos de personas para dedicarle un último aplauso.
Algunos, emocionados, se acercaron al vehículo para tocar su ventana a modo de despedida.
Battiato, que falleció tras una larga enfermedad y sumido en un coma, sigue siendo homenajeado en Italia, que lo recuerda como uno de sus músicos más eclécticos y originales, dueño de una voraz curiosidad artística que le llevó también al cine o la pintura.
El alcalde de Catania (sur), Salvo Pogliese, anunció que pondrá el nombre de Franco Battiato al paseo marítimo, uno de los lugares más bellos de la ciudad, con vistas al Etna y al mar Jónico.