EFE.- Lucinda Williams sufrió el pasado mes de noviembre un derrame cerebral de cuyos efectos aún hoy se recupera y que la impiden, por ejemplo, tocar la guitarra, según ha revelado la propia artista estadounidense.
En una entrevista con la revista Rolling Stone, la estrella del “country” de 68 años ha contado que todo comenzó con una especie de mareo que la impedía mantener el equilibrio cuando se disponía a ducharse en su casa de Nashville (EE.UU.). Los síntomas fueron a más y vio que era incapaz de incorporarse del suelo.
Tras ser trasladada de manera urgente en ambulancia hasta el hospital, Williams pasó una semana ingresada en la unidad de cuidados intensivos y así lograron descubrir que un coágulo en la parte derecha de su cerebro que afectaba al lado izquierdo de su cuerpo había sido el culpable de todo.
Fue dada de alta cinco semanas después, pero los últimos seis meses los ha pasado bajo supervisión médica y tratamiento con fisioterapeutas para recuperar la movilidad.
Según ha contado, actualmente necesita un bastón para caminar, sufre un dolor constante en sus extremidades del lado izquierdo y no puede tocar la guitarra, pero el pronóstico es optimista y se espera que la recuperación llegue a ser total.
“Pensé en contarlo en Facebook, pero no quería ser muy alarmista”, ha justificado acerca de este tiempo de silencio, en una entrevista en la que se ha declarado “positiva” acerca de volver a tocar de nuevo y en la que ha contado que ha aprovechado el tiempo en componer “un montón de letras”.
Dueña de una larga carrera iniciada con el disco “Ramblin’” (1978), empezó a ganar fama a partir de su tercer álbum, “Lucinda Williams” (1988) y, sobre todo, con “Car Wheels On A Gravel Road” (1998), con el que por fin obtuvo éxito popular y de crítica, así como el primero de los tres premios Grammy que ha llegado a atesorar como una de las grandes autoras e intérpretes de música rock, country y folk contemporáneo.